José Apezarena

¿Cuestionada la todopoderosa Udef?

Imagen de la detención de Rodrigo Rato a la salida de su domicilio.
Imagen de la detención de Rodrigo Rato a la salida de su domicilio.

“¿Y qué coño es esto de la Udef?”. La frase, que se hizo famosa, fue pronunciada en 2013 por el ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol.

La Udef, como resulta bien conocido, es la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de la Policía Nacional, que ha investigado la mayor parte de los casos de corrupción en España.

Corría el mes de octubre de 2013, y estaban entrevistando a Pujol en el programa Espejo Público, de Antena 3, después de que se hiciera público un informe de la Udef que denunciaba corrupción en el seno de la familia, y que informaba de que tenían cuentas en el extranjero en las que se había ocultado una fortuna proveniente de tramas políticas, incluida la del 3%.

Bueno, pues, ocho años después, esa supuestamente ‘desconocida’ Udef ha colocado a Jordi Pujol ante los tribunales.

El ex presidente de la Generalitat acaba de ser imputado por la Audiencia Nacional, junto con la totalidad de sus hijos, los siete, y la Fiscalía le pide 9 años de cárcel por asociación ilícita y blanqueo de capitales.

En asuntos parecidos a los que atiende la Udef se mueve muchas veces su homóloga la UCO, la Unidad Central Operativa, el servicio de policía judicial de la Guardia Civil, encargado de la investigación y persecución de las formas más graves de delincuencia y crimen organizado.

Dados los terrenos que transitan ambas instituciones, los asuntos que investigan y destapan, y los hechos y personajes que salen a la luz, el ‘poder’, por así decirlo, de esas unidades resulta imponente. Que se lo digan ahora a Jordi Pujol.

Y por eso, si se equivocan, las consecuencias pueden resultar irreparables para los afectados.

Precisamente por esa capacidad, y por las consecuencia de sus investigaciones, ambas unidades policiales necesitan moverse con la máxima prudencia y seguridad para no cometer errores. Y también con absoluta limpieza, hacia fuera y hacia dentro. Los limpiadores tienen que ser ejemplares en limpieza.

 

Viene esto último a cuento de la imputación del ex jefe de la Udef, el comisario José Luis Olivera, citado por el juez de la Kitchen, García Castellón, por su implicación en la trama de espionaje al ex tesorero del PP, Luis Bárcenas.

Tendrá que declarar el 28 de junio, tras los testimonios de uno de sus inspectores, Manuel Morocho, que relató al juez que Olivera le presionó para quitar de la investigación sobre la caja B del PP a dirigentes políticos como Mariano Rajoy o Javier Arenas, así como al marido de María Dolores de Cospedal.

La Udef, lo mismo que la UCO, ha prestado durante años, y presta, servicios impagables. Quizá no suficientemente reconocidos, y que tal vez habría que hacerlo un vez más.

Pero, al mismo tiempo, la noticia del procesamiento de su ex jefe provoca sentimientos de profunda inquietud.

Si lo que denuncia Morocho ocurrió, ¿por qué nadie en la unidad denunció entonces esos comportamientos irregulares, cuando no delictivos?

Yendo un poco más allá, ¿se trata del único caso en el que se han producido manipulaciones? ¿El único? ¿Ha pasado en otros, ha habido más comportamientos denunciables, en otros campos, contra otros personajes, con otros gobiernos?

La corrupción en cuerpos policiales provoca una desazón especial, porque son los encargados de velar por nuestra seguridad y de hacer cumplir la ley. Si ellos la traspasan… todos quedamos indefensos.

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