¿Qué daño hace Pedro Sánchez al país?
Escribí el lunes sobre los charcos en que se mete Pedro Sánchez y el daño que está provocando a este país, y recibí en Twitter un mensaje que decía: "¿Puedes explicar si te atreves, ¿cuál es el daño que hace Pedro Sánchez al país? ¿No te habrás confundido con el ejército interminable de corruptos del PP?".
Que en el PP ha habido corrupción es una evidencia tan contundente que hasta sus propios líderes lo reconocen y asumen. Y por ello está pagando un alto precio, como parece que ocurrirá en Andalucía y como previsiblemente pasará en las generales.
Pero, centrándonos en Pedro Sánchez, contesté sobre la marcha a mi interpelante con este tuit: "Creo que he puesto algún ejemplo: ERE's en las fábricas de coches, empresas internacionales que abandonan Inglaterra pero no vienen a España, gobierno por decreto ley porque no tiene mayoría, complacencia con el independentismo catalán...".
Con más espacio, puedo añadir algunos detalles más. Sobre las sociedades que abandonan Gran Bretaña, hoy publicamos en ECD que Citibank ha renunciado a instalarse en Madrid, como había prometido. ¿Por qué no viene? Por la incertidumbre política.
Un factor principal de esa incertidumbre son los atropellados y confusos anuncios que va realizando el Gobierno de Sánchez en materia económica, sobre aumentos de la tributación, impuestos a la banca, gravámenes a los beneficios... sin olvidar la decisión de que el impuesto de las hipotecas corra a partir de ahora por cuenta de las entidades bancarias. Todo ello hace desconfiar a quienes pensaron instalarse aquí.
Yendo más al fondo, el presidente de la CNMV ha denunciado que, del cúmulo de sociedades y empresas que abandonan Londres, prácticamente ninguna vendrá a España, porque el Gobierno no ha hecho el menor gesto para atraerlos, ninguna gestión, ni tampoco ninguna reforma legal que nos convierta en un destino atractivo. Al contrario de lo que han practicado otros muchos países europeos, a los que están yendo a parar las sedes de las multinacionales.
Acerca de las complacencias con el independentismo catalán, baste citar las presiones a los jueces que llevan el sumario del 1-O, además de las órdenes a los fiscales de que rebajen la presión sobre los dirigentes separatistas. Y las maniobras para preparar un indulto a medio plazo, como contrapartida por su apoyo a que el Gobierno siga vivo.
Otra muestra más. En mayo, la fiscalía se querelló contra Jordi Turull, por ceder parte del patrimonio a su esposa, supuestamente para no ser solvente a la hora de responder a futuras penas económicas. Se le acusó de delito de insolvencia punible. El TSJC acaba de archivarlo, después de que el fiscal retirara la acusación.
En esa órbita hay que situar la decisión de suspender la presencia del estand del Ministerio de Defensa en la Feria de Enseñanza de Barcelona, que tan nerviosos ponía a los independentistas, medida que mandos militares han visto como el primer paso para una retirada del Ejército de Cataluña. La intensidad de las críticas recibidas ha provocado que Defensa dé marcha atrás.
El presidente del Gobierno está suplantando al rey en el protagonismo diplomático y acción internacional de España, como acaba de ocurrir con los viajes a Cuba y Marruecos, que estaba preparando La Zarzuela y sin embargo ha protagonizado Pedro Sánchez.
Sánchez que, siendo oposición, se mostró tan contundente en la crítica a cualquier rasgo de corrupción y de irregularidad, ahora se desdice lamentablemente, tolerando las actividades y tejemanejes de sus ministros Dolores Delgado, Pedro Duque, José Borrell y Nadia Calviño. Con lo que eso provoca de desmotivación y desedificación de cara a la moralización de la vida pública, tan necesitada de regeneración.
Y no voy a hablar de la vuelta del guerracivilismo que ha resucitado en España con algunas de sus decisiones, una de ellas la que se refiere a Franco.
Podríamos seguir. Son unos ejemplos de los daños que causa Pedro Sánchez.
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