José Apezarena

Destrozar RTVE, el CIS, la Abogacía del Estado...

Pedro Sánchez en el avión oficial
Pedro Sánchez en el avión oficial

Dicen que se llamaba Othar. Pertenecía a una raza especial, desaparecida, los llamados Tarpán. Era el caballo de Atila, rey de los hunos.

¿A qué viene esta evocación? A que, según las historias, allí donde el caballo de Atila pisaba, allí no volvía a crecer la hierba. Y a que ese cualidad me evoca la sorprendente capacidad de Pedro Sánchez de destrozar lo que toca.

Para empezar, se ha cargado RTVE. Que ya es mérito. Primero, nombrando para dirigirla a una comisaria política, Rosa María Mateo, que se ha dedicado a exterminar todo lo que tuviera cualquier relación con lo anterior. Y que ha logrado el triste récord de derrumbar la audiencia hasta niveles desconocidos.

Pero es que, además, el presidente del Gobierno ha desmochado la cadena pública, periodística e informativamente hablando, por el sistema de rechazar celebrar un debate electoral en TVE, mientras que sí acudirá al organizado por una televisión privada.

Ya se ha publicado que son intensas la indignación y la rabia desatada dentro de la propia RTVE, porque será la primera vez que la cadena no ofrecerá un debate electoral. Se comprende el estupor, porque es una humillación profesional inédita.

Y ha destrozado el CIS. Que también tiene su mérito. El procedimiento es parecido: colocar al frente a un personaje sectario, en este caso José Félix Tezanos, que aproveche el cargo para manejar ese organismo en el directo y exclusivo beneficio del PSOE y de su líder, don Pedro Sánchez Castejón. Al precio que sea.

De paso, por cierto, la emprendió también con la Abogacía del Estado, que, aunque es cierto que sufre una dependencia orgánica del Gobierno, pocas veces como ahora había quedado tan clara la sumisión a intereses de parte, políticos, no de Estado ni de Gobierno. Le obligó a retirar la acusación de delito de rebelión a los presos del procés, y a sustituirla por el grado inferior, sedición. Para lo cual apartó del caso al responsable de la causa, Edmundo Bal.

Dejemos para otro momento la barrida que ha desencadenado en su propio partido, el PSOE, sometido como nunca a la tiranía de una dirección federal que no permite la discrepancia, y del que han sido arrasadas casi todas sus figuras. Y el uso de aparato en su exclusivo beneficio personal.

Y lo mismo en la relativo a la difícil situación económica en que va a dejar este país, en el caso de que Pedro Sánchez abandone La Moncloa. Y, si se mantiene, las consecuencias van a ser demoledoras.

 

Así que, recurriendo de nuevo a evocaciones históricas, esto podría empezar a parecer la terrible política de tierra quemada.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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