José Apezarena

La dictadura ha llegado a Cataluña

Escrache organizado por Arran ante la sede de Societat Civil Catalana.
Escrache organizado por Arran ante la sede de Societat Civil Catalana.

La novela 'Patria', de Fernando Aramburu, cuya lectura sigo recomendando a quienes aún no lo hayan hecho, refleja la vida diaria en los pueblos del País Vasco durante la larga y ominosa etapa del terrorismo, cuando ETA cubría de sangre las calles de esa tierra, pero también de Navarra, Aragón, Madrid, Andalucía, Cataluña...

Durante varias décadas, se vivió allí una auténtica dictadura del terror, ejercida por quienes manejaban las pistolas, por supuesto, pero también por amplios sectores sociales, altos y bajos, que secundaban las estrategias de los terroristas, oprimiendo, silenciando, aislando, y expulsando en muchos casos, a los que no compartían sus objetivos.

A lo que se debe añadir la cobarde colaboración de los que callaron durante tantos años, haciendo así verdad el principio de "quien calla, otorga".

Una dictadura semejante se viene implantando desde hace unos años en Cataluña. Allí no hay pistolas (aunque las hubo en el pasado), pero si todo lo demás: manifestaciones, escraches, pintadas, acosos, insultos... protagonizados por los independentistas.

Eso que ha hecho llorar a la inconsecuente Ada Colau, que en el pasado estuvo en primera fila, como activa participante, en algunos de esos episodios que hoy le causan a ella lágrimas.

En tal opresión violenta hay que situar lo que acaba de publicar Confidencial Digital. Los CDR, las brigadas operativas del independentismo violento, han empezado a amenazar a empresarios catalanes que contribuyeron a financiar la campaña de Manuel Valls a la alcaldía de Barcelona.

Mediante el envió masivo de correos electrónicos, han situado en el centro de la diana a medio centenar de dueños y directivos de empresas como Mango, Grupo Godó, Perfumes Puig, Hotusa Hoteles, Naturhouse, Renta Corporación... Los han colocado en el centro de la diana porque han divulgado sus datos personales de localización.

Además, algunas de esas personas están recibiendo cartas en las que se les califica de "traidores anticatalanes", "escoria progre unionista", etc. En sus foros internos, los independentistas les llaman "enemigos del pueblo catalán" y "oligarquía traidora".

Me atrevería a avisar a la mayoría de los catalanes: este es el momento de reaccionar para que no se repita lo que ocurrió en el País Vasco.

 

Es el momento de resistir a los opresores, de decir no a la violencia y a la imposición. Ha llegado la hora de aislar a los facinerosos.

Si no lo hacen, la historia los señalará como cómplices de los atropellos que han acaecido y que, si Dios no lo remedia, seguirán, en una espiral creciente cuyo final acaba en la catástrofe.

Igual que fueron cómplices de la sangre derramada quienes en el País Vasco miraron hacia otro lado, en tantos casos acogiéndose al terrible "algo habrá hecho".

Diguem no a la dictadura.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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