José Apezarena

Están dinamitando el PSOE

Pedro Sánchez ha creído que puede doblar el brazo a casi todos los personajes importantes de su partido, por la vía de forzar órdagos y provocar alternativas a la desesperada. Y lo sigue creyendo

Para ello, ha recurrido sucesivamente a decisiones personalistas, sin consultarlas con nadie, y a anuncios de última hora, sin aviso previo, pero sobre todo acogiéndose a las premuras y urgencias del calendario, con el fin de dejar a los críticos sin reacción posible.

La última expresión de esa práctica cuasi suicida, pero que hasta ahora le ha salido bien, ha sido el anuncio de que pretende celebrar primarias en octubre y el congreso federal del partido en diciembre.

Con esas convocatorias tan precipitadas deja prácticamente sin capacidad de respuesta a sus rivales, que no presentarán candidato alternativo en las primarias, y que necesitarán coordinarse y reunir fuerzas de cara a la cita de finales de año.

La otra baza que piensa utilizar Pedro Sánchez es el recurso a los militantes, saltándose así cualquier posible bloqueo por parte de los escalones intermedios, o sea, de los barones y los aparatos regionales y locales. Ya lo hizo durante su intento de investidura, con una consulta sobre las negociaciones para formar Gobierno que las bases apoyaron. Y ahora está dispuesto a repetirlo, si no gana el comité federal del sábado.

En Ferraz están convencidos de que lo ganarán, pero los críticos responden que los delegados tienen voto cautivo, es decir, que no pueden apoyar posiciones particulares sino que han de sujetarse a las instrucciones que reciben de sus respectivas federaciones, y los críticos creen que las tienen controladas. El delegado que no se ajuste a esa norma puede ser multado e incluso castigado con la expulsión

A eso ha respondido Pedro Sánchez proponiendo que la votación en el Comité Federal sea secreta, de forma que no se pueda saber cuál es exactamente el sentido del voto de cada delegado.

La última convulsión, no pequeña, es la dimisión ayer de 17 miembros de la ejecutiva, articulada con la intención de provocar el nombramiento de una gestora en el PSOE que sustituya a la dirección encabezada por Pedro Sánchez.

Sin embargo, ese movimiento no es automático. Aunque así se haya aplicado en muchas ocasiones, según los estatutos no resulta obligada la formación de una gestora cuando dimite la mitad de la ejecutiva. Y la actual dirección ya confirmó ayer que no están dispuestos a marcharse.

 

Van a seguir produciéndose movimientos y novedades en el socialismo español, sin duda, y no está claro cómo va a terminar esta batalla campal ni quién la ganará. Lo que sí resulta evidente es que están dinamitando el PSOE.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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