José Apezarena

Un ERTE a diputados, senadores y parlamentarios autonómicos

Congreso de los Diputados. Foto: Álvaro García Fuentes
Congreso de los Diputados. Foto: Álvaro García Fuentes

Me llegan ecos de la indignación del mundo empresarial con el Gobierno, que por lo visto ha alcanzado cotas jamás conocidas.

Sus representantes se muestran cabreadísimos con “este Gobierno de funcionarios y políticos profesionales, que dicta decretos a golpe de silbato, sin medir las consecuencias”. Así lo comentan.

Uno de los asuntos que más ha indignado, porque no comprenden cómo puede aprobarse algo así, es la prohibición tajante de despedir. Si una empresa marcha mal, preguntan, ¿tendrá que continuar con la misma plantilla indefinidamente? Dicen que eso es, sin más, condenarles al cierre.

Las organizaciones empresariales incluso han empezado a redactar un parte de guerra diario, como en los grandes conflictos bélicos, con el recuento, aunque sea provisional, de destrozos: de muertos y heridos. Algo parecido a la rueda de prensa Yolanda Díaz dando a conocer las pavorosas cifras del paro.

En esta guerra los muertos y heridos los ponen las empresas y los trabajadores, dicen.

Desde luego, pymes y autónomos están sufriendo una altísima mortalidad, que aumentara a medida que pase más tiempo sin poder volver a trabajar.

Al mismo tiempo, los  políticos, junto con los funcionarios por supuesto, se libran de los tiros y mantienen seguros el puesto y el sueldo. Dos colectivos en la retaguardia, viendo caer las bombas.

Por supuesto, los políticos han hecho oídos sordos a las propuestas de la ciudadanía de que se les rebaje el salario, al menos durante el estado de alarma.

Según una encuesta de ECD, el 90% de los lectores de este confidencial se pronuncian a favor de que se recorte el sueldo a los políticos.

 

Y no ha faltado quien ha sugerido que se aplique un ERTE a diputados, senadores y parlamentarios regionales, dado el brusco recorte de actividad que han sufrido, al igual que se está aplicando en cientos de empresas, afectadas por el parón económico decretado por el Gobierno.

Una regulación temporal de empleo tendría todo el sentido del mundo al menos para diputados y senadores, que están ahí sin hacer nada, limitándose a un pleno cada dos semanas y además virtual, telemático, votando desde casa.

Hace falta un ERTE.

editor@elconfidencialdigital.com

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