José Apezarena

¡Qué escándalo, han quitado alcaldías y presidencias al PSOE!

El nuevo alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida
El nuevo alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida

Cuando ya se han cerrado los ayuntamientos y casi todas las presidencias de comunidades, uno asiste con asombro a la estruendosa reacción de altos cargos del PSOE, pero también de algunos analistas y comunicadores.

Esos personajes se declaran sorprendidos y extrañados de que, por ejemplo, el Partido Popular se haya asegurado unos cuantos cargos importantes, empezando por el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, siguiendo por Murcia, Castilla y León, y por varias alcaldías en capitales de provincia, siendo así que allí los más votados han sido los socialistas.

¡Qué escándalo! ¡Qué falta de respeto a la voluntad de los ciudadanos! ¡Qué desprecio a las reglas básicas de la democracia!, se escucha a estos cargos del PSOE y a opinadores próximos. Y desde otros ámbitos hasta ha habido protestas callejeras.

Pero, ¿de qué estamos hablando? Lo único que ha ocurrido es que hemos asistido a las negociaciones y alianzas inevitables cuando ninguna formación política alcanza la mayoría absoluta. ¿Es algo nuevo? De ninguna manera. Y en esas negociaciones se producen alianzas de todo tipo, algunas de ellas incluso contradictorias entre sí.

¿Entonces, a qué viene la sorpresa? Pues a que esta vez los perjudicados, en buen número de casos, han sido los socialistas. Y eso duele.

Pero los escandalizados olvidan lo que ocurrió hace solo cuatro años, cuando fue el PP el partido más votado en casi todos los sitios, pero sin lograr mayorías absolutas, y se vio desplazado de un montón de ayuntamiento y corporaciones.

No se escucharon entonces las lamentaciones y diatribas que ahora han estallado.

Que se lo cuenten, por ejemplo, a Esperanza Aguirre, que se quedó a un paso de conseguir una alcaldía de Madrid que finalmente acabó en manos de Carmena. Ahora, Carmena ha recibido la misma medicina que en su momento le colocó a ella en el sillón municipal.

Una Esperanza Aguirre, por cierto, que ofreció al PSOE hacerse con el ayuntamiento de la capital, prestando sus escaños para nombrar alcalde a Antonio Miguel Carmona, propuesta que rechazaron los socialistas, que prefirieron quedarse fuera y entregar sus votos a Carmena. Algo que nunca se explicó bien. O quizá sí, porque Antonio Miguel Carmona se había alineado en Madrid con Tomas Gómez frente al aparato y eso nunca lo olvidó Pedro Sánchez. Son las venganzas sarracenas de la política.

 

Que se lo pregunten a María Dolores de Cospedal, que ganó en Castilla La Mancha y sin embargo se quedó con la presidencia el socialista Emiliano García Page, gracias al respaldo de Podemos.

Quienes ahora se rasgan las vestidura, y hablan de atropello a la voluntad popular y a la democracia, no clamaron igual entonces.

Sin embargo, lo que ahora ha sucedido volverá a pasar en elecciones siguientes. Y en las siguientes. Con ganadores y perdedores. Es la consecuencia de no conseguir mayorías absolutas. La diferencia es que en el pasado quienes lo sufrieron más fueron los populares, y ahora los socialistas han probado su propia medicina. ¡Que le vamos a hacer! Resignación.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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