José Apezarena

Por favor ¿alguien está gobernando España?

El viejo comerciante judío notó que llegaba su final, y fue llamando a cada uno de los hijos. “¿Rubén, estás aquí”. “Sí padre, aquí estoy”. “¿Y tú, Neftalí, estas aquí?”. “Sí padre”. “¿Y Benjamín, estás aquí?". “Aquí estoy padre"?

Y así fueron pasando uno por uno todos los hijos. El anciano preguntó finalmente: “¿Estáis todos?”. Y, al escuchar que se encontraban allí, exclamó, inquieto: “Entonces, ¿quién está en la tienda?”.

Esta supuesta historia es bastante conocida, pero me parece que viene a cuento de una inquietante pregunta que se formulan no pocos ciudadanos: ¿Alguien está gobernando España?

Este país afronta una crisis como no se ha conocido en decenios, y resulta que andamos dando tumbos, sin adoptar decisiones definitivas, dudando, retrocediendo, cambiando, en un gran desbarajuste, sin unidad de acción y respuesta, sin fórmula, sin soluciones. Sin mando único y sin el liderazgo que requería tamaño desafío.

Da la impresión de que andamos como niños pequeños e inconscientes, distraídos en una cosas y en otras, en absurdos enfrentamientos como el protagonizado por el Gobierno de la nación y la comunidad de Madrid, permitiéndonos el lujo de una inútil moción de censura, de una extemporánea visita del presidente al Vaticano… mientras el país camina al derrumbadero.

Suele resultar también muy socorrida la historia, verídica, de la banda de música del “Titanic”, que siguió tocando mientras el trasatlántico se hundía. Pues así parece que andamos por estos pagos.

La emergencia es casi desesperada. Están colapsándose los sistemas de atención primaria, la pandemia se extiende sin remedio por todo el país, las cifras de contagiados (y de fallecidos) alcanzan cotas de la primera infección, y esto no tiene ninguna pinta de que se encuentre medianamente bien encarrilado.

Se ha perdido un tiempo precioso este verano, de una forma inconsciente, cuando no suicida.

Así, el Gobierno se fue de vacaciones (el presidente, el primero), y se olvidó de su compromiso de articular los resortes legales y las herramientas adecuadas para afrontar la segunda embestida de la pandemia, que ya ha llegado Hemos andado a tientas, improvisando, mientras los jueces echaban abajo una y otra medida porque no tenía cobertura legal suficiente, porque no se había aprobado una normativa que las permitieran.

 

Nos encontramos ya a finales de octubre, y el recurso ha sido el estado de alarma. El Consejo de Ministros extraordinario del domingo ha aprobado un nuevo estado de alarma para toda España durante quince días, aunque la intención es prolongarlo seis meses, hasta el 9 de mayo.

Se ha establecido toque de queda en todo el país desde las once de la noche hasta las seis de la mañana, un confinamiento nocturno obligatorio por quince días, a partir de los cuales quedará en manos de los presidentes autonómicos su prórroga. Además, se establece reducción de reuniones sociales a seis personas.

Las comunidades podrán restringir las entradas y salidas de su territorio, pero es algo que queda en manos de sus presidentes. Les permiten cerrar sus fronteras si tienen una autonomía cercana muy afectada, como puede ser el caso de Madrid.

El alcalde de la capital, Martínez-Almeida, ha declarado que los ciudadanos "no merecen este desconcierto". Hace apenas diez días, el portavoz Fernando Simón afirmó que se estaba llegando a un periodo de "estabilización", y ahora se declara estado de alarma en todo el país.

Inés Arrimadas, presidenta de Ciudadanos, ha reclamado al Gobierno de Pedro Sánchez que "tome las riendas" y no "intente derivar su responsabilidad" a las Comunidades Autónomas. Ha solicitado también un "plan de coordinación de recursos y camas de UCI" porque "va a ser más que probable" que haya que compartir recursos sanitarios entre autonomías, y "eso sólo lo puede hacer el Gobierno de España".

¿A qué se está dedicando este Gobierno? ¿A qué sus veintidós ministros? ¿Qué hacen? ¿Dónde está un plan global, integral, de lucha contra la pandemia?

Y, mirando un poco más allá, ¿el Gobierno está diseñando el programa de reconstrucción que va a necesitar España para salir del hundimiento que viene ya provocando la crisis sanitaria? ¿Un programa de verdad, práctico, ejecutable y no simples declaraciones.

Además de elaborar documentos, para qué esta sirviendo, de una forma práctica, es decir, en la toma de medidas concretas, el famoso comité de cien expertos que creó en su día La Moncloa, bajo el mando de Iván Redondo. ¿No tendrían que rendir cuentas públicamente, al menos para lanzar a la población un cierto mensaje de tranquilidad, en la línea de que alguien está haciendo algo de verdad y no para la galería o para vender en los telediarios.

¿Qué medidas de corto plazo se han tomado, se van a tomar, hoy, mañana, la semana que viene, el mes próximo, el año próximo? ¿Están escuchando a alguien más? Por ejemplo, al numeroso grupo de expertos y altos ejecutivos que tiene este país liderando grandes compañías y empresas punteras, con experiencia de gestión. ¿Se va a desperdiciar ese capital?

Mañana se presenta el libro 'España 5.0. hacia un nuevo modelo de reindustrialización', del expresidente de Telefónica Luis Miguel Gilpérez, que expone un plan integral con medidas concretas para la reconstrucción del país, con el fin de  hacer frente a la crisis sanitaria y económica provocada por la pandemia del Covid-19.

En su elaboración han colaborado los presidentes de Bankia y Mapfre, el CEO de Cellnex Telecom, el presidente de zona ibérica de Schneider Electric, y el director de Deusto Business School en Madrid.

Plantea un plan sustentado en cinco ejes: España digital extremo a extremo, España continua e inclusiva territorialmente, España tecnológica e industrial, España sostenible y renovable y España más internacional.

¿El Gobierno va a tomar nota de las propuestas de esos expertos?

¿El Gobierno va a gobernar, de una vez por todas?

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