José Apezarena

Felipe VI no quiso hacer la pascua a Pedro Sánchez

El rey pasando revista a la Guardia Real
El rey pasando revista a la Guardia Real

El acto de la Pascua Militar se desarrolló ayer con evidente frialdad entre el principal protagonista, el rey, y el todavía candidato a presidente del Gobierno.

Felipe VI renunció a “calentar” la reunión con la cúpula de los ejércitos, a pesar de las delicadas circunstancias políticas, con un Pedro Sánchez a punto de ser investido gracias a un pacto con dos fuerzas republicanas, Podemos y Esquerra, y con los apoyos de partidos que se proponen la ruptura de España, como son ERC, Bildu, BNG…

Y también a pesar de la indefensión, vergonzosa, en que le dejaron la víspera, en el Pleno del Congreso, tanto la presidenta de la Cámara, Meritxell Batet, como el candidato a presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que callaron como esfinges cuando la figura del monarca fue insultada públicamente. Ni uno ni otro salieron a defender al rey. Callados como muertos.

A pesar de la condición militar de los asistentes en el Palacio Real, Felipe VI pronunció ayer un discurso muy poco marcial, en los contenidos y en el tono de voz. Hasta resultó blando su “Viva España” final.

Lo dicho, no quiso “calentar” más la situación, a pesar de saber muy bien que las derivas políticas que se avecinan en España, izquierdismo y comunismo, republicanismo y separatismo, causan estupor e inquietud entre los militares.

Muy levemente se pudo apreciar, en las palabras del monarca, una aproximación a esos desafíos cuando agradeció a las fuerzas armadas su compromiso “con el interés general de la Nación” y “con España y la Constitución”. Pero ahí quedó todo, ante la representación de quienes tienen la misión constitucional de preservar la unidad e integridad territorial del país.

Felipe VI se mordió los labios durante mucho tiempo cuando estalló la crisis catalana, hasta que, el día que se organizó el referéndum de independencia, decidió dar la cara, con la intervención televisada del 3 de octubre de 2017. Una salida a la palestra en la que quiso dar un puñetazo sobre la mesa, a pesar de saber que con ello empezaba a correr riesgos. Pero el asunto era de extrema gravedad.

Ahora, el rey sigue mordiéndose lo labios. También porque quiere esperar a ver las consecuencias reales de ese “Gobierno de progreso” que van a formar socialistas y Podemos, con el respaldo de ERC, Bildu, BNG, etc.

Ayer tocaba templar gaitas, bajar el tono, poner cara de póquer y decir que llueve, si escupen. Tocaba un discurso casi “navideño”. Que, por cierto, pronuncio con cara de funeral. No es para menos, a la vista de las amenazas que afronta este país.

 

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