José Apezarena

Y el ganador es... Pablo Iglesias

Pablo Iglesias, en el Pleno de investidura de Pedro Sánchez
Pablo Iglesias, en el Pleno de investidura de Pedro Sánchez

Por dos veces Pablo Iglesias ha roto el saque a Pedro Sánchez, y en general al conjunto de los socialistas, antes y durante la investidura.

La primera fue tras la durísima entrevista de Sánchez en laSexta, en la que afirmó que Pablo Iglesias era el "principal escollo" para llegar a un acuerdo de investidura, porque "lo único" que buscaba el líder de Podemos es que le nombraran ministro.

Pablo Iglesias respondió anunciando que renunciaba a entrar en el Gobierno. Una declaración que cogió con el pie cambiado a todos los responsables del PSOE. El espectacular silencio que se impuso, en Moncloa y en Ferraz, durante un largo número de horas, hasta que por fin reaccionaron, fue la mejor prueba del desconcierto causado.

La segunda rotura de saque se escenificó el lunes, primer día del debate, cuando un enojado líder de Podemos detalló cada una de las negativas que había ido recibiendo durante las negociaciones para la investidura.

Relató que, cuando pidieron alguna competencia en Hacienda, les dijeron que no. Algo en Trabajo, no. Algo en Igualdad, no. En Transición Ecológica, no. En Ciencia, no. "Señor Sánchez, diga a esta Cámara qué nos ha ofrecido", concluyó un serio e indignado Pablo Iglesias.

El tono duro del líder de Podemos en ese parlamento, incluida su profecía final de que, si las cosas seguían así, Sánchez "nunca será presidente del Gobierno", asustaron al candidato y a su equipo, que empezaron a temer en serio la posibilidad de que Podemos votara "no" a la investidura.

Ese pánico explica la insólita rueda de prensa de Carmen Calvo al día siguiente, a las puertas del Congreso, mientras seguía desarrollándose el debate en el interior. Y la improvisada comida de urgencia de Sánchez y su equipo en el propio palacio de la Carrera de San Jerónimo al término del Pleno, apenas concluida la votación.

Iglesias ha salido ganador, por estrategia y toma de decisiones, durante la batalla parlamentaria. Pero también como orador. El líder de Podemos utilizó un tono poco estridente pero firme, se explicó con claridad y de forma pedagógica, y se movió en razonamientos de lógica sencilla y del sentido común, que llegan con facilidad a la opinión pública.

Un estilo tranquilo que ya estrenó en los debate televisados previos a las últimas elecciones generales.

 

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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