José Apezarena

En guerra con Rusia por tierra, mar, aire... e Internet

El último episodio conocido ha sido la supuesta "broma" a la ministra española de Defensa, María Dolores de Cospedal.

La falsa llamada a Madrid desde el ministerio de Defensa de Letonia, y de su titular Raimonds Bergmanis, aparentemente para informar sobre las injerencias de Rusia en el conflicto de Cataluña, ni fue una broma inocente, ni sus autores son unos simples cómicos rusos.

Como se ha contado en estas páginas, en el Gobierno tienen la convicción de que se trató de una operación de desprestigio alentada y promovida por los servicios secretos rusos. Dentro del FSB (la antigua KGB) existe un “sub departamento de provocaciones” dedicado precisamente a realizar llamadas falsas y desestabilizadoras.

Siendo verdad que hackers rusos han maniobrado, manipulado y sembrado de noticias falsas el conflicto provocado por el independentismo, en realidad, como ya hemos comentado, el objetivo no es Cataluña. Y tampoco la Unión Europea como tal. Pero sí la Alianza Atlántica, que es el enemigo militar de Moscú.

Y uno de los socios de esa alianza se llama España, país que mantiene desplegadas tropas cerca de la frontera con Rusia. Y una de las personas asistentes a sus reuniones y cumbres se llama María Dolores de Cospedal.

Analistas militares de alto nivel sostienen que la OTAN y Rusia "están ya en guerra". Digital, informática, pero guerra. Eso explica las numerosas alertas lanzadas desde el Cuartel General en Bruselas, y la intensificación de medidas electrónicas de defensa puestas en marcha por la coalición occidental.

La contienda se viene desarrollando en los ámbitos tradicionales, es decir, por tierra, mar y aire. Ahí aparecen las unidades de la Alianza desplegadas en los países bálticos, muy cerca de la frontera rusa. Y las bases aéreas habilitadas en la zona, en las que frecuentemente operan aviones de combate españoles. Y las vigilancias especiales en la zona del Estrecho, lo mismo que en el Mediterráneo y en las áreas próximas a Crimea y Ucrania.

En esa tercera guerra mundial, como empiezan ya a calificarla los expertos, a los escenarios típicos se ha añadido uno nuevo: Internet. Donde se está combatiendo encarnizadamente. Se trata de un enfrentamiento silencioso, que no hace ruido, pero de consecuencias potenciales incluso mucho más dramáticas, porque puede estar en juego la supervivencia de naciones enteras, en riesgo de pueden quedar caotizadas, desabastecidas, envenenadas o infestadas como consecuencia de invasiones cibernéticas.

Por eso la OTAN ha puesto en marcha en Letonia el Centro de Excelencia de Comunicaciones Estratégicas, que protege a países como Alemania, Francia e Italia, aunque no a España de momento. Por eso los ministros de Asuntos Europeos de la UE han acordado que cualquier país comunitario que sufra un ataque en sus redes puede exigir al resto asistencia militar.

 

Asó pues, el problema va más allá de bromas telefónicas, de noticias falsas y de rumores sobre la independencia de Cataluña, siendo asuntos graves. Lo que está pasando es que Moscú ha declarado la guerra a la alianza militar occidental. De la que, repito, España forma parte destacada.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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