De qué habla Podemos y de qué habla Ciudadanos
La política española se encuentra en situación inestable, por lo mismo que en la actual coyuntura todos los partidos, todos sin excepción, se ven sometidos a terremotos, de mayor o menor intensidad.
Los sufren los tradicionales, los de siempre. O sea, el Partido Popular, en clara pendiente de pérdida de intención de voto; el PSOE, que no logra remontar tras la debacle de 2011; y un Izquierda Unida fagocitada por el emergente Podemos.
Pero tampoco se libran de espasmos los recién llegados, es decir, Podemos y Ciudadanos, que, por otro lado, coinciden en varios factores: son partidos nuevos, nunca han gobernado, y cuentan con líderes jóvenes y mediáticos. Lo cual provoca, sorprendentemente, que, a pesar de las divergencias ideológicas, estén disputándose parcelas sociales coincidentes.
El partido de Pablo Iglesias, que hasta llegó a verse preconizado como primera fuerza en intención de voto, se encuentra ahora en la cuarta posición, estancado, cuando no en retroceso.
El caso de Ciudadanos es el contrario. Su terremoto consiste en que sube sin parar en las encuestas, que ya le sitúan incluso como segunda fuerza, por delante del PSOE.
Y, respecto a estas dos últimas formaciones, resulta significativo, y esclarecedor para atisbar cómo se ven ellas mismas, prestar atención a cuál es ahora el discurso de una respecto de la otra.
Lo que está ocurriendo, en síntesis, es que Pablo Iglesias no deja de hablar sobre Ciudadanos (por supuesto, para criticarles, poner de relieve sus presuntas contradicciones, calificarlos como la derecha franquista...), mientras que Albert Rivera ya ni cita a Podemos.
Es decir, el primero es consciente de la situación de inferioridad en la que se encuentra hoy, mientras que el segundo cree que ya no tiene por qué mirar hacia abajo, a los derrotados.
Y muchas veces las intuiciones y las sensaciones, si no son reales, acaban convirtiéndose en la realidad.
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