José Apezarena

La hipocresía del voto en conciencia

Dice la Constitución española que los diputados no están sometidos a mandato imperativo a la hora de emitir su voto. O sea, que nadie puede obligarles a pronunciarse en uno u otro sentido.

Como teoría está muy bien, pero la realidad, por otro lado bien conocida, es la contraria: los parlamentarios votan obligadamente y en bloque aquello que les indica en cada momento el jefe de filas. Y ¡ay de quien se atreva a intentar otra cosa!

A propósito de determinadas cuestiones hay diputados/as que alguna vez plantean libertad de voto, con el argumento de motivos de conciencia. Demanda que se ha concedido en contadísimas ocasiones.

Bueno, pues resulta que ahora, desde el PSOE, se está planteando el voto secreto y voto de conciencia para los diputados del Partido Popular a propósito de la futura ley de aborto. Parecería que están defendiendo el sagrado principio de la libertad, de no torcer el pensamiento más íntimo de los señores parlamentarios.

Pero resulta que, al mismo tiempo, los socialistas han castigado con supresión de todo tipo de cargos, y pesa sobre sus cabezas la más que probable expulsión del partido, a tres de sus diputados catalanes que votaron a favor de celebrar la consulta soberanista promovida por Artur Mas.

O sea, que sagrada libertad de voto para algunas cosas (las que a mí me interesa) y todo lo contrario, sanciones, palos y expulsiones en otras. ¡Eso se llama coherencia!

 
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