José Apezarena

Los incontables que se están mostrando acongojados por el Coronavirus

Fernando Simón, rueda de prensa 20 de mayo de 2020
Fernando Simón, rueda de prensa 20 de mayo de 2020

El rebrote del Coronavirus está ahí. Nadie sabe cómo ha sido, pero es ya una tozuda realidad. Las cifras de incidencia resultan pavorosas.

Nos dijeron, los supuestos expertos, que en verano bajaría la incidencia de la pandemia porque las temperaturas más altas frenarían la propagación. Y que habría que esperar a octubre para un repunte. No ha ocurrido así. Ya está aquí.

Y todos los concernidos se muestran asustados por lo que está ocurriendo. Y, sobre todo, acongojados ante la posibilidad de que le echen la “culpa” de lo que viene pasando y de lo que ocurrirá en los próximos meses.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha quitado las pulgas de la peor manera, negándose a adoptar decisiones de Estado, resistiéndose a tomar el mando, a liderar una respuesta global, y pasando la pelota a los presidentes de las comunidades autónomas.

La vice, Carmen Calvo, anunció solemnemente, cuando finalizaron las prórrogas del estado de alarma, que tomarían medidas, que aprobarían reformas legales con las que afrontar un posible repunte. No han hecho nada.

Y, encima, ahora no quieren mandar. Han pasado la pelota a las autonomías y con ello les ha dejado huérfanas de protección.

Los presidentes autonómicos, por su parte, que se han pasado años reclamando todas y cada una de sus atribuciones, celosos de sus competencias, se han afanado en pedir el paraguas del Estado. Y que, en todo caso, las decisiones se adoptaran en grupo, en equipo, juntos. Café para todos. Singularidades, no. Riesgos individuales, ninguno. Si hay culpables, que lo sean en comandita.

Así que tampoco ellos querían decidir, para no correr peligro en solitario. Es aquello de pasa tu que a mí me da risa.

Así, ha llegado el comienzo del curso escolar, y se ha convertido en un espectáculo lamentable, con las consejerías de educación escondidas y calladas, y dando a continuación indicaciones confusas, e imposibles en tantos casos, porque tampoco quieren correr el riesgo de que algo salga mal y les culpen.

 

Han pretendido pasar la responsabilidad a los centros educativos. Acongojamiento.

En algunas comunidades autónomas, como por ejemplo Andalucía, se dijo a los directores de los colegios que fueran ellos los que adoptaran las decisiones. Les han ordenado que en cada centro exista un “inspector de Covid”.

Y la consejería se ha encontrado con una amenaza colectiva de dimisión de los directores, que consideran que ellos no son los indicados para aprobar e implantar las medidas de protección. Y tienen razón, me parece a mí.

Demasiados acongojados. Incontables.

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