José Apezarena

La “indeseable” Cayetana

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Álvaro Pombo, Rosa Díez, Pablo Casado y Cayetana Álvarez de Toledo

Las Cayetanas “suelen ser personas amigables, hacendosas y que desafían los límites de la sociedad. Ellas son valientes, generosas y siempre van detrás de sus sueños. Saben muy bien que de cada esfuerzo se obtienen grandes frutos, por lo que se esmeran a cada paso que dan. No les gusta dejar nada para último momento, siempre buscan adelantarse a los hechos y prever aunque no suelen seguir planes determinados. Ellas se adaptan a las circunstancias y triunfan con su admirable creatividad. Son perspicaces, inteligentes, prácticas, no les gusta perder el tiempo”.

Se trata de una definición que se lee en una página web dedicada a los nombres, descripción que, paradójicamente, podría aplicarse en bastante medida al personaje que ocupa este blog.

Según los estudios antroponímicos, Cayetana proviene de la palabra caieta que se relaciona con el gentilicio cayetano o cayetana, es decir las personas naturales de la localidad italiana de Gaeta (Caietas), ubicada en la región de Lazio, a orillas del golfo Gaeta.

Si el nombre aparece ya en la Eneida (así se llamaba la nodriza de Eneas), es medianamente conocido Cayetano de Thiene, o simplemente Gaetano, presbítero italiano fundador de la orden de los teatinos, de un hospital para personas necesitadas, y patrono del pan y del trabajo.

En los anales se cita a Gaetana Agnesi, nacida en Milán en 1718,  conocida por su pensamiento matemático, aunque su principal logro fue haber estudiado, en un tiempo donde no se le era permitido por ser mujer.

A la vez, Cayetana blanca es una uva blanca para la elaboración de vinos en el sur de España (en Jerez se utiliza en la elaboración de brandy), y Cayetana es otro nombre que recibe la planta rosa de China.

Y Cayetanas conocidas son Cayetana Fitz-James Stuart, XVIII duquesa de Alba, y actualmente la actriz y presentadora Cayetana Guillén Cuervo. Además, en los años 60 hubo una muñeca Cayetana de Famosa, con cabeza de goma y resto de cuerpo de plástico duro, ojos durmientes y pelo implantado en dos tonos, que llevaba incorporado "llorón".

Más recientemente, hizo fortuna la expresión “los cayetanos”, para referirse (peyorativamente, por supuesto) a las personas del exclusivo barrio de Salamanca que protagonizaban caceroladas y se manifestaban en la calle contra el Gobierno de Pedro Sánchez, críticas con la gestión de la pandemia, a la vez que hacían sonar el himno nacional.

La Cayetana que motiva estas líneas es, como habrán adivinado, Cayetana Álvarez de Toledo y Peralta-Ramos, nacida en Madrid en 1974, XIV marquesa de Casa Fuerte, periodista, historiadora y política. De padre francés, Juan Illán Álvarez de Toledo y Giraud (combatió con la resistencia después del desembarco de Normandía), y madre argentina, Patricia Peralta-Ramos y Madero (descendiente del conquistador Blas de Peralta y del fundador de la ciudad de Mar del Plata), posee también la nacionalidad argentina y francesa.

 

Militante del Partido Popular, diputada por Madrid en las legislaturas de IX y X, desde 2019 diputada por Barcelona en la XIV legislatura, fue portavoz del PP en el Congreso hasta que Pablo Casado la destituyó en agosto de 2020.

Con fama de rebelde y de individualista, y de que por donde pasa la monta bien montada, ha armado ahora un notable revuelo con su libro “Políticamente indeseable”. En él no deja títere con cabeza.

Aquí un párrafo. “De pronto, hombres y mujeres adultos, inteligentes, formados, algunos con sólidas profesiones, acaban comportándose como una pandilla. O, peor, como una claque servil y sectaria. Sus excelentísimas señorías, representantes de la soberanía nacional, reducidos a palmeros y, en el chat de diputados, a emoticonos de palmas. «¡¡¡Grande!!! ¡¡¡Maestro!!! ¡¡¡Sensacional!!! ¡¡¡Orgullo!!! El espectáculo de diputados compitiendo en elogios acentuados por exclamaciones y emoticonos, a ver quién aplaude más y mejor al mando, es sencillamente desolador”.

Pandilla, claque servil, palmeros... los adjetivos son muy expresivos, sin duda. Y por eso mismo han exacerbado los ánimos en el conjunto del partido.

Quien sale peor parado, laminado, es el número dos del PP, el secretario general, Teodoro García Egea. "Pablo me reconoció que había entregado todo el poder a Teodoro", afirma Cayetana. Relata que tuvo con él “una de las conversaciones más desagradables de mi vida”, y que “ejerce un mando testosterónico y con ello perjudica a Casado. Sostiene que “practica el mobbing, el bullying y el acoso impúdico a través de sus alfiles y los medios”. Cayetana lo califica de “Teodorocracia

A imitación del título del libro, precisamente eso, “indeseable”, le han llamado sus hasta ahora compañeros de partido al conocer el contenido de libro, que se encuentra en la tercera edición y subiendo.

“Hasta aquí hemos llegado”, advierten diputados populares, que reclaman a su todavía compañera de filas que, si le queda algo de dignidad, renuncie de forma inmediata al escaño que consiguió gracias al PP.

La vicesecretaria de organización, Ana Beltrán, no se cortó un pelo el viernes, en Telemadrid. Acusó a Cayetana de “desprender odio” contra sus compañeros de partido para vender el libro.

Lamentó que “el personaje se haya tragado a la persona” por hacer declaraciones “criticando y denigrando” a compañeros de partido y ha apuntado que “no todo vale” en política. “Me parece vil”.

Ana Beltrán se preguntó “cómo sigue sentada en su escaño”, si tan “quejosa” está con el PP y sus compañeros. “Es algo incomprensible. En esta vida hay que tener coherencia y valentía, y yo no se la presumo. Quien está aquí, que no diga que es por intereses de libertad. Para mí, es por intereses bastante más mundanos”.

Consideró una “barbaridad” y “querellables”, las palabras de Álvarez de Toledo acusando al PP de filtrar “material incriminatorio” contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Remachó que no van a consentir que “se ponga en duda” a la dirección del partido.

A pesar de esta “tormenta Cayetana”, que, por su fragor, recuerda no poco a la famosa “Filomena”, la rebelde diputada dice que no piensa dejar el escaño. Así lo proclama.

Acudiendo a la definición inicial, no parece que a esta Cayetana le cuadren los calificativos de “amigable”, o “hacendosa”. Lo de “valiente”, sin duda. Que sabe que “de cada esfuerzo se obtienen grandes frutos”, por lo que se esmera a cada paso que da", quizá. Y que “no le gusta dejar nada para último momento” y “busca adelantarse a los hechos” y “no suele seguir planes determinados”, parece que sí. Desde luego, ha demostrado “creatividad”, es “inteligente” y “no le gusta perder el tiempo”.

Así que, sin duda, Álvarez de Toledo, la “indeseable” Cayetana para los del PP, seguirá dando que hablar. Mal que les pese.

editor@elconfidencialdigital.com

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