José Apezarena

Se están jugando el cocido

Tremolina ayer en la reunión de Mariano Rajoy con los presidentes autonómicos de su partido. A debate, la financiación, con el trasfondo de si se otorgan o no privilegios a Cataluña (recordando la propuesta bochada a Alicia Sánchez Camacho).

Sin embargo, lo de Cataluña, siendo asunto muy grave, era en realidad una tapadera. Porque lo que estaba en juego eran los garbanzos de cada uno de los presentes.

Los presidentes regionales tienen que retornar a sus respectivos territorios con buenas o con malas noticias, desde el punto de vista económico. Y las consecuencias de uno u otro resultado las van a sufrir cada uno en primera persona.

Lo que sobre todo inquieta a los allí reunidos es que en 2015 se convocarán elecciones autonómicas. Y las previsiones para el PP, en buen número de los territorios ahora suyos, son muy negativas. De celebrarse ahora las votaciones, perdería varios de los feudos más sensibles, entre ellos Madrid y Valencia.

Así que lo que ayer se dirimía en el cónclave de barones regionales del PP no eran los grandes principios, ni tampoco el destino de Cataluña, sino el cocido de cada uno de ellos. Ni más ni menos.

Rajoy, como de costumbre, no aclaró nada. A modo de mensaje más clamoroso, afirmó que no está intercambiando ‘cromos’ con Cataluña. Y anunció para final de año la publicación de las balanzas fiscales. Todo, pues, sigue pendiente. Incluido el cocido de los presidentes autonómicos del PP.

 
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