José Apezarena

Kétchup contra Vox

Manifestación de Vox en Madrid, 23 de mayo de 2020.
Manifestación de Vox en Madrid, 23 de mayo de 2020

Tengo para mí que Pablo Echenique no es precisamente el político más hábil de este país. Ni, bajando un poco el listón, tampoco de Podemos. A pesar de que le hayan convertido en portavoz del partido. Es lo que pienso y así lo digo.

No ha estado muy listo cuando, sobre la agresión a la diputada de Vox Rocío de Meer, en Sestao, alcanzada por las pedradas y sangrando de una ceja, publicó en Twitter: "Solo hizo falta un poco de Ketchup para que se tragaran el bulo". Un bobada más de las suyas. Pero sobre todo un error garrafal.

Y a todo esto, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias callados como esfinges egipcias. ¿Acaso dan su visto bueno a la táctica de la pedrada? Parecería que sí. Bueno, hasta que un día le toque a alguno de los suyos, como les ha ocurrido con el famoso "jarabe democrático" a la puerta del chalet de Galapagar.

Y tampoco van a llevarse el primer premio de inteligencia política los extremistas gallegos que corearon en las calles el grito "Ortega Smith / muerte por Covid".

En una sociedad democrática y libre, el apedreamiento de los rivales políticos es un comportamiento sectario inadmisible. Y perseguible penalmente.

Y desearles a voz en grito la muerte, también. Lo mismo que no se puede permitir un ejercicio de tiro al blanco con las efigies de dirigentes de izquierda. Aunque a estos últimos sí los han identificado y detenido.

Hablando de listos y de inteligentes, la agresión física contra Vox, contra sus candidatos y sus líderes, es, política y electoralmente hablando, un camino equivocado.

Primero, porque no les van a asustar. Todo lo contrario, se van a crecer. Y con motivo.

Segundo, porque, con actuaciones semejantes, lo que van a conseguir es lo contrario de lo que, por lo visto, pretenden. El resultado va a ser que sus partidarios se reafirmen en la decisión de votarles, y que algunos otros, que no pensaban hacerlo, se les sumen.

 

Si de verdad buscan minimizar a Vox y rebajar los apoyos, lo que tendrían que intentar es silenciarlos. Que pasen inadvertidos, que ni se hable de ellos. Pero no. Recurren a la pedrada y al ejemplo del Ketchup. Y con ello les dan portadas y adhesiones.

Ya digo que muy listos no parecen.

Por cierto, fallo garrafal de la Ertzaintza en su deber de garantizar el pacífico desarrollo de una campaña electoral. Fallo de los agentes... o de sus jefes.

editor@elconfidencialdigital.com

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