José Apezarena

La rabia de Pedro Sánchez

Pablo Iglesias y Pedro Sánchez en  La Moncloa
Pablo Iglesias y Pedro Sánchez en La Moncloa

Ni cuarenta y ocho horas ha esperado Pedro Sánchez para anunciar su decisión: un Gobierno de coalición con Podemos en el que Pablo Iglesias será vicepresidente.

De ese modo, no ha cumplido los pasos habituales de escuchar antes a las fuerzas representadas en el Parlamento, sobre todo los partidos con mayor representación, por si tenían alguna propuesta que hacer, alguna solución al bloqueo.

Por supuesto, a Sánchez le habían llegado informaciones de prensa sobre las posiciones de cada formación política. Pero una cosa es lo que se afirma en público y otra lo que de verdad piensa cada una y sostiene en privado. Más aún cuando se trata de negociar.

Aunque solamente fuera por guardar las formas, parecería obligado haber celebrado una ronda de consultas, antes de anunciar la decisión. Pero no lo ha hecho.

Vistas las formas exhibidas, puede dar la impresión de que el líder socialista ha actuado enrabietado. Casi como vengándose. ¿No me habéis dado, en las elecciones de hace dos días, la mayoría que reclamaba? Pues ¡os vais a enterar!

Es que no ha sido un acuerdo cualquiera, en la línea, por ejemplo, de un apoyo por fuera, con pactos parlamentarios y concesiones presupuestarias, pero sin entrar en el Gobierno. Ni tampoco conceder un par de ministerios menores, que permitieran a Podemos salvar la cara. No. Gobierno de coalición. Y con Pablo Iglesias (ni siquiera Irene Montero) en una vicepresidencia. En lugar de taza, taza y media.

Otros análisis aparte, como el modelo de sociedad que tratará de imponer Podemos aprovechando su presencia en el Ejecutivo, o la espinosa cuestión de Cataluña, el pacto de Sánchez con Iglesias se convierte en una pésima noticia desde el punto de vista económico.

¿Qué confianza vamos a dar al mundo empresarial con la presencia del líder de Podemos en el Consejo de Ministros? La prima de riesgo subió ayer, y la bolsa bajó en cuanto se conoció la noticia del acuerdo.

¿Se van a fiar en las instancias europeas de un Gobierno teñido de "morado"? ¿Y cómo van a ver los inversores internacionales la presencia de un partido populista de extrema izquierda?

 

¿Y todo esto le importa a Pedro Sánchez? Por lo visto, no mucho. Pragmatismo manda. Ha firmado una alianza que le asegure mantenerse en La Moncloa, y eso basta.

¿Que va a tener que tragarse palabras imprudentes pronunciadas sobre Podemos y su líder? ¿Como cuando afirmó que no podría dormir tranquilo si los tenía dentro del Gobierno, como socios? No pasa nada. Por cierto, ¿cuándo no dijo la verdad sobre lo de perder el sueño, entonces o ahora?

Pero da todo igual. Lo importante es seguir siendo presidente. Cueste lo que cueste. Ya lo demostró arrastrando al país a unarepetición de elecciones porque creyó que le beneficiaría. Pues eso.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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