No es la 'ley Wert'
Aunque pueda pasar a la historia con ese nombre, la LOMCE, la nueva ley de educación que esta tramitando el Gobierno, ahora en el Senado, no es la ‘ley Wert’.
No lo es, porque no se trata de una propuesta personal, individual, solitaria, del actual titular del ministerio, sino que estamos ante el proyecto de un Gobierno y del partido que lo sustenta, el PP, que además viene precedido de un largo proceso de estudio y elaboración desde mucho antes de llegar a La Moncloa.
José Ignacio Wert no ha tenido por su cuenta la idea singular, y hasta quijotesca, de proceder a un cambio educativo en España, ni se ha sacado del bolsillo el contenido de esa reforma, sino que todo el plan se lo encontró prácticamente hecho al llegar al ministerio. Por eso, lo que está haciendo es cumplir un programa electoral, el del partido que ganó las elecciones en 2011.
Cierto es que la reforma ha encontrado una intensa oposición por parte de los partidos de la izquierda, y también de numerosos colectivos, que convocan huelgas y más huelgas, un día sí, otro también.
¿Cuál es la situación? Que en España llevamos ya seis leyes educativas sucesivas, todas ellas aprobadas desde la izquierda, por el PSOE, y que la situación del país en ese terreno no se puede decir que sea muy brillante. Todo lo contrario.
La tremenda debilidad educativa de España y la autoría de las anteriores leyes plantea que quizá ha llegado el momento de que sean ‘otros’ quienes intenten arreglar la educación. Porque así no podemos continuar. Y creo que los ‘otros’ tienen todo el derecho del mundo a que se prueben sus recetas, vistos los penosos resultados conseguidos hasta ahora.
Una de las críticas a la LOMCE es que no ha sido negociada, que no se ha buscado el consenso con otras fuerzas políticas. La realidad es que desde el principio el primer partido de la oposición se negó a pactar nada con el PP en ese concreto ámbito. No admiten que los ‘otros’ se atrevan a dictar normas y modelos educativos distintos.
La anterior ley de educación tampoco obtuvo el consenso de los grandes partidos. En este caso, sin embargo, hay que relatar algo que no resulta muy conocido. Algo que contó el propio protagonista, el ministro Gabilondo. Siendo titular del ministerio, cuando estaba a punto de rubricar un acuerdo con el PP sobre la ley de educación, el presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, le prohibió que tal acuerdo se firmara.
