José Apezarena

La (mala) sombra de Pablo Iglesias

Alexis Tsipras y Pablo Iglesias.
Alexis Tsipras y Pablo Iglesias.

Como se ha relatado tantas veces, en tiempos del franquismo los periódicos y revistas tenían que enviar al ministerio de Información y Turismo las galeradas de imprenta para que obtuvieran el visto bueno de la censura.

Los originales volvían con algunas piezas tachadas, que la redacción tenía que sustituir por otros contenidos. Se cuenta que, en ocasiones, algún diario optó por no reemplazar y dejar el hueco, y por tanto la página aparecía al día siguiente con una mancha negra de tinta en el lugar de la noticia censurada.

Algo parecido ocurrió en determinados momentos con las agencias privadas, como fue el caso de Europa Press, que debían entregar en Información y Turismo los teletipos con sus noticias y exclusivas antes de transmitirlas. Se las retenían en el ministerio, y al poco veían como se las “pisaba” la agencia oficial, Efe.

Fueron los tiempos de los censores. Que parecían tan lejanos.

Bueno, pues resulta que el Gobierno quiere convertirse en censor, al estilo del franquismo, proclamándose para ello vigilante y guardián de la verdad. Una verdad que él mismo establecerá cuál es, dónde está y dónde no está.

Con la excusa de luchar contra las fake news, desde La Moncloa se han propuesto controlar los contenidos de los medios informativos. Es el nuevo Información y Turismo, como el que existió en tiempos de la oprobiosa.

Bajo el mando lejano de Carmen Calvo, y el próximo de Iván Redondo, van a monitorizar la "difusión deliberada, a gran escala y sistemática de desinformación, que persiga influir en la sociedad con fines interesados y espurios". O sea, el Gobierno, este Gobierno, definiendo qué es verdad y qué no lo es.

Han puesto en marcha lo que, como se está llamando ya, es el ministerio de la verdad.

No se por qué, pero tengo la impresión de que detrás de esta concreta medida se esconde la sombra de Pablo Iglesias. La mala sombra, diríamos mejor.

 

¿Por qué opino eso? Porque el líder de Podemos ha expresado en más de una ocasión su clara animadversión hacia la prensa privada. O sea, la que no controla el Gobierno, porque ahora los medios públicos sí están bajo la alpargata del actual poder.

Pablo Iglesias ha afirmado que la existencia de medios privadosataca a la libertad de expresión”. ¡Con dos pares!

Así que, ya que no puede (por ahora) clausurarlos, al menos se garantiza el control de los contenidos.

Pero no solamente eso. Es que él mismo ha sido objeto de informaciones sobre los dineros procedentes de Irán y Venezuela, sobre la financiación del partido que dirige, se ha visto criticado por la compra del mega chalet en Galapagar…

Y, más recientemente, los medios han hablado del sospechoso comportamiento con el teléfono robado de su asistenta, el llamado “caso Dina”, en el que se encuentra judicialmente incurso..

Así que me parece que Pablo Iglesias está queriendo vengarse de los medios informativos. Bueno, de los que no controla, de los no vendidos, de los medios libres.

En fin, es lo que haría un mala sombra.

editor@elconfidencialdigital.com

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