"Marcha Verde" para arrebatarnos Ceuta
En noviembre de 1975, con Franco agonizando, el rey de Marruecos, Hasan II, organizó una invasión de la entonces provincia española del Sahara, que Rabat denominó “Marcha Verde”, protagonizada por casi medio millón de civiles, hombres, mujeres y niños, transportados hasta el zona en camiones militares camuflados.
Como respuesta, las tropas españolas minaron parte del territorio y organizaron unas líneas de defensa con material pesado, sobre todo ametralladoras.
La multitud comenzó a avanzar, esgrimiendo ejemplares del Corán, y, conforme se acercaban a la línea fronteriza, la tensión se intensificaba, en la expectativa de conocer el comportamiento de las fuerzas españolas, y, en concreto, si serían capaces de disparar contra la multitud.
Como resulta bien conocido, el pulso montado por Rabat se zanjó con la retirada de las tropas y la firma por España, Marruecos y Mauritania del Acuerdo de Madrid, en el que España reiteraba la intención de descolonizar el Sahara, poniendo término a sus responsabilidades sobre el territorio como potencia administradora.
Hassan II ganó la partida ampliamente, porque Marruecos se hizo con el control de la mayor parte del antiguo Sáhara español, que sigue conservando hoy.
Viniendo a la actualidad. Tras seis intentos fallidos de asalto masivo a la frontera de Ceuta en las últimas semanas, se anuncia para hoy, 30 de septiembre, un séptimo episodio, animado desde las redes sociales.
El primero de la actual racha se produjo el día 15, cuando miles de jóvenes intentaron cruzar a nado desde puntos cercanos, como el espigón de Benzú o la localidad de Castillejos, y también tratando de franquear el doble vallado fronterizo. Las imágenes de esos personajes subiendo en masa por los montes camino de Ceuta eran la escenificación de una invasión.
Las crónicas del día siguiente dijeron que las fuerzas marroquíes habían “logrado neutralizar” los intentos de entrada, mediante un amplio despliegue policial.
Una cosa son las versiones oficiales, las historias para niños, y otra la realidad. Y la realidad es que los saltos sobre Ceuta y sobre Melilla se producen porque Marruecos los tolera. Cuando no los organiza.
Marruecos es un régimen semi dictatorial, en el que el control policial resulta casi absoluto. Nada se mueve sin que el sistema represivo lo conozca con anterioridad. Y tiene todas las capacidades para abortar e impedir, o para mirar a otro lado y tolerar, y también para promover cuando le interesa o lo necesita.
En ese país, los movimientos masivos de miles de personas pueden ser detectados con tiempo por los efectivos policiales lejos de la frontera con España, de forma que ni se acerquen a la línea fronteriza. Mucho menos, que intenten cruzarla.
A mediados de mayo de 2021, casi diez mil marroquíes cayeron sobre Ceuta por tierra y por mar. Centenares de ellos asaltaron el espigón fronterizo de Tarajal, por el que entraron a nado hombres, mujeres y niños. Los efectivos españoles se vieron sobrepasados. A las seis de la tarde habían entrado mil personas, 300 de ellos menores, y casi tres mil dos horas después, con alrededor de 700 menores. Poco a poco, fueron devueltos a su país.
Y así una vez tras otra.
En este último caso, algunos de los menores reconocieron que viajaron engañados: les dijeron que en Ceuta podrían ver a los futbolistas Lionel Messi y Cristiano Ronaldo. Los autobuses los pusieron las autoridades marroquíes. Así de fácil se monta una avalancha supuestamente imparable.
Marruecos tiene capacidades más que suficientes (en realidad, le sobran) para garantizar que ningún descontrolado se acerque a un kilómetro de la frontera con España. Por ello, si no lo hace, es porque no quiere. Esa es la realidad.
Volviendo a la Marcha Verde. Imaginemos que miles y miles de marroquíes, incluyendo mujeres y niños, se movilizan para irrumpir en Ceuta... Solo pensarlo produce escalofríos. ¿Qué habría que hacer? ¿Cómo impedir algo así?
Alguien puede llamarme exagerado. Y hasta visionario. Creo que no lo soy.
Según el ex agente del CNI Fernando San Agustín, en su libro “La trastienda de los servicios de inteligencia”, Hasan II diseñó una ‘invasión pacífica’ de Ceuta, Melilla y Canarias, protagonizada por decenas de miles de marroquíes, al estilo de lo que hizo en 1975 con la ‘Marcha Verde’. Vale la pena leer ese capítulo del libro.
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