José Apezarena

Muchas lecciones desde Castilla y León

Fernández Mañueco, depositando el voto

Castilla y León ha hablado, decía anoche un derrotado y emocionado Luis Tudanca, el candidato del PSOE, partido que era mayoritario en la región y que ha perdido siete escaños y ha quedado en segundo lugar.

Además de otras conclusiones, los comicios celebrado ayer han lanzado algunos mensajes que sobrepasan el ámbito autonómico y tienen proyección nacional.

Uno de ellos es que Pedro Sánchez va a encontrar graves dificultades para seguir siendo presidente, porque las dos formaciones que integran el Gobierno han retrocedido. Ambas, pero más aún en el caso socialista, han recibido un voto de castigo, y eso, proyectado a nivel nacional resulta muy relevante.

El esfuerzo realizado por el propio Pedro Sánchez no ha servido de nada, lo cual apunta un dato que puede repetirse en las generales. El voto de izquierdas se ha ido a las plataformas regionales.

Otra reflexión de ámbito estatal es la desaparición de Ciudadanos, confirmada en los resultados de anoche. Pasar de doce procuradores a uno puede calificarse de catástrofe irremediable. Sobre todo porque indica que Castilla y León no será la excepción ni mucho menos.

El final de Ciudadanos constituye una noticia positiva para el PP, que sin embargo no puede felicitarse mucho porque ahora su problema está más a la derecha, en Vox.

Los votos del partido de Arrimadas han acabado en los bolsillos del PP, que sin embargo ha perdido otro tanto por la derecha. En proyección nacional, Pablo Casado tiene que ir pensando cómo gestionar unas generales en las que le hará falta, le será imprescindible, el respaldo de Santiago Abascal para llegar a La Moncloa.

Lo que acabe ocurriendo en tierras castellano-leonesas se convertirá en precedente para 2023.

Otra reflexión. El fenómeno Isabel Díaz Ayuno no es fácilmente trasplantable fuera de Madrid.

 

Y una más. El movimiento de la España vaciada ha venido para quedarse. Al menos en las dos Castillas. Y el caso de Soria Ya anuncia que habrá una candidatura con esas siglas en las próximas generales, con firme posibilidad de conseguir al menos un escaño en el Congreso, a semejanza de Teruel existe.

El PP no ha alcanzado su propósito de una mayoría suficiente como para gobernar en solitario, pero sí al menos se ha convertido en primer partido, superando incluso a la suma de PSOE más Podemos.

De cara a la investidura, Mañueco puede optar por intentar ganarse votos desde las formaciones regionales, para aliviar en lo posible la presión que pueda realizar Vox. El partido verde había dicho que no pensaba exigir entrar en el ejecutivo castellano-leonés, pero ya ha cambiado de idea, como refleja el comentario de Abascal diciendo que a García Gallardo, su candidato, se le está poniendo “cara de vicepresidente”.

A Pablo Casado le echarán en cara que no ha alcanzado los objetivos previstos con el adelanto electoral. No sale ganador, pero tampoco sale derrotado. Conserva Castilla y León para otros cuatro años, ha sido el partido más votado, liquida a Ciudadanos, los socialistas retroceden de forma clara...

Última conclusión. Las encuestas que pronosticaban una clara victoria de Mañueco han fracasado. Le echarán la culpa a la abstención, pero en los deberes elementales de las empresas demoscópicas está también anticipar la abstención.

La incógnita final se centra ahora en Andalucía. Con los resultados de Castilla y León, Juan Manuel Moreno va a tener muy complicado decidirse por el adelanto electoral.

Una comentario final. El resultado de estas elecciones constituye un batacazo astronómico del CIS de Tezanos, que pronosticó la victoria del PSOE. ¿Hasta cuándo puede este país seguir aguantando una actuación tan vergonzosa, pagada con el dinero de todos.

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