José Apezarena

Nacionalistas… y maleducados

Foto de familia de los presidentes autonómicos en La Palma

Se ha convertido en el enésimo episodio de la suma de descortesías y desplantes protagonizados por dirigentes nacionalistas catalanes.

Ha ocurrido ahora en La Palma, a propósito de la reunión de la Conferencia de Presidentes autonómicos, celebrada en la isla a modo de simbólico homenaje de apoyo y solidaridad con sus habitantes, duramente castigados por la erupción del volcán.

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonés, sí se dignó estar presente, por vez primera. ¿Viajó por solidaridad con los damnificados del volcán? No exactamente. Decidió asistir a la cumbre porque se iba a hablar de la reforma del sistema de financiación autonómica, y sobre todo de los fondos europeos. De dinero, en una palabra.

Felipe VI y Pedro Sánchez llegaron a la plaza del Museo Arqueológico Benahoarita, en Los Llanos de Aridane, donde les estaban esperando los demás presidentes. Salvo Aragonés, que llegó más tarde. Sí estaba en lehendakari Urkullu.

Aragonés fue, así, el único mandatario que no acudió a la foto de familia previa a la reunión, para evitar a Felipe VI. Además de nacionalista, maleducado.

Acaba de celebrarse en Barcelona el Mobile World Congress. El rey se desplazó a la Ciudad Condal para apoyar con su presencia un evento que tan altos beneficios aporta a la ciudad y a Cataluña.

Felipe VI se trasladó al Museu Nacional d'Art de Catalunya para presidir la cena inaugural. Le recibieron el presidente del Gobierno y la vicepresidenta primera, pero allí faltaron el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Como digo, además de nacionalistas, maleducados.

Esos gestos se están convirtiendo en una costumbre pésima, que desdice de la mínima calidad humana y personal de sus protagonistas. Un comportamiento de mediocres.

¿Qué se hizo del seny catalán, si es que alguna vez ha existido? ¿O es solamente un mito falso, al menos en lo que se refiere a los prohombres del nacionalismo? ¿Qué se hizo del estilo de Josep Tarradellas?

 

Unos independentistas, por cierto, que no se han andado con muchos remilgos en lo que se refiere a su relación con Putin.

Es conocido que el independentismo catalán pidió ayuda al Kremlin antes de la intentona secesionista que desembocó en el referéndum del 1 de octubre de 2017. Pero se sabe menos que tras la consulta aumentaron sus contactos con el círculo cercano a Vladimir Putin.

En el intento de involucrar a Rusia para conseguir la independencia, el Govern de Quim Torra y el entorno de Carles Puigdemont intensificaron en 2019 los contactos con el Kremlin, en la esperanza de que las movilizaciones en Cataluña durante el juicio del 'procés', y sobre todo las protestas tras la sentencia del Supremo en octubre de ese año, pudieran dar un nuevo empuje a la independencia.

Los viajes y contactos de los emisarios de Torra y Puigdemont a Moscú continuaron hasta febrero de 2020, cuando la llegada de la pandemia del coronavirus hizo imposible continuar los encuentros personales.

Por cierto que, ahora que Putin se ha manifestado como un imperialista, empeñado en someter con tanques y misiles una nación independiente, hasta ERC ha decidido desmarcarse de los acercamientos de Puigdemont al Kremlin, después de que Pere Aragonés evitara condenarlos.

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