José Apezarena

Ni Franco ni Errejón

Iglesias abraza a Errejón en el mitin del 2 de Mayo.
Iglesias abraza a Errejón en el mitin del 2 de Mayo.

Pedro Sánchez y su equipo cercano se las prometían muy felices, de cara a la repetición de elecciones generales, ya convocadas para el 10 de noviembre. Estaban convencidos de que todos los vientos soplaban a favor con claridad.

Sin embargo, las cosas se les están complicando... y mucho. Para empezar, el imparable deterioro de la economía, que de aquí a la jornada electoral va a ir suministrando noticias muy negativas.

Pero es que, además, algunos factores que parecían favorables, y que en principio sustentarían esa esperada mejora en el número de escaños conseguidos, tampoco están funcionando. Y hasta podrían jugar en contra.

Por ejemplo, el 'factor Errejón'. El líder de Más País puede convertirse en una muleta inútil para Pedro Sánchez, de cara a conseguir la mayoría de gobierno. Los analistas no le dan más de 8 o 9 escaños, con suerte y mucha ayuda, y alguno de ellos robado al PSOE.

Esto último, lo del robo, empieza preocupar en el cuartel general de Ferraz, donde ahora se preguntan si no habrán calculado mal.

Por si fuera poco, el odio visceral que se profesan Errejón y Pablo Iglesias hará imposible negociar un acuerdo a tres, de cara a ese Gobierno de izquierdas deseado, en el que estarían, en principio PSOE, Podemos y Más País.

Algunos expertos pronostican, en fin, que la 'operación Errejón' puede acabar en un bluf. Va a por el voto desencantado del PSOE y Podemos, y a por los abstencionistas de izquierdas, pero no hay tantos desencantados, mientras PSOE y Podemos cubren toda la oferta de izquierda.

Le echan en cara que es "un hombre sin mensaje", que no tiene espacio ideológico, que solo se trata de un proyecto personal y un intento de ajuste de cuentas con Iglesias. Su slogan, “Somos la izquierda responsable que pacta”, resulta vacío, no llega, no tiene pegada.

Existen otros complementos que, según los expertos, tampoco funcionarán electoralmente de cara al 10-N. El efecto Vox no carbura, tampoco lo del 'trifachito', ni el juego a los bloques de izquierda y derecha.

 

Además, Sánchez no ha calculado que una parte del electorado le culpa del no Gobierno, y eso lo puede pagar.

Y finalmente, ¡oh sorpresa! no pocos analistas han llegado a la conclusión de que la exhumación de Franco tampoco va dar réditos electorales a Pedro Sánchez. Primero, porque es un cartucho quemado: las posiciones, en un sentido y en otro, ya están tomadas y no van a cambiar se saque o no al dictador. Y porque -dicen los expertos- la gente no se moviliza por esos fantasmas del pasado.

Así que, por lo que parece, ni Franco ni Errejón.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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