José Apezarena

Ojo, que el turco Erdogan mira a Al Andalus

Recep Tayyip Erdogan
Recep Tayyip Erdogan

¿Hasta dónde va a llegar Erdogan?, se preguntaba hace un par de días el diario Le Monde, en un editorial.

El presidente turco acaba de transformar la basílica de Santa Sofía, un templo de origen y construcción cristiana, en mezquita. En la que, por tanto, tienen impedida la entrada los no musulmanes. Como, por cierto, ocurre aquí, en Madrid, en la mezquita de la M-30.

El propio ministro turco de Exteriores lo ha dejado bien claro ante la ministra española González Laya: "Otras creencias no podrán venir a rezar". Todo lo contrario de lo que se aplica en la catedral-mezquita de Córdoba, donde a los musulmanes se les ha concedido un lugar donde rezar con total libertad.

Volviendo a Erdogán, Turquía se ha enfrascado en una política expansionista: está presente en Siria, en Libia, acaba de realizar maniobras en la zona marítima de Grecia... sin que hasta ahora se haya producido una reacción occidental.

El presidente turco -dice Le Monde- se ha convertido en un maestro de la provocación, animado por la pasividad de Occidente, y galvanizado por sus ambiciones nacionalistas, con un trasfondo de nostalgia de la grandeza otomana.

Porque la transformación de Santa Sofía en mezquita se ha escenificado precisamente el 24 de julio, en el 97 aniversario del Tratado de Lausana, firmado al final de la Primera Guerra Mundial, en la que el Imperio Turco quedó derrotado. Allí se fijaron las fronteras de la actual Turquía, que Erdogan quiere cambiar.

Afirma el diario francés que el acto constituyó un desafío al mundo occidental. Erdogán hablo de "una nueva conquista", aplicable a Santa Sofía, al expansionismo en el Mediterráneo, en Libia, en Siria, en el norte de Irak... ¿Y algo más?, añado yo.

El 11 de julio, el presidente turco colocó en Twitter un vídeo diciendo que la "resurrección" de Santa Sofía como mezquita tenía un valor para "todo el mundo musulmán, desde Bujará (Uzbequistán) a Andalucía". Y abrió también la puerta a la "liberación" de la mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén.

Atención, pues, a la cita por Erdogán de la "musulmana" Andalucía. Al Ándalus para ellos.

 

Sabido es que los turcos figuran en la historia de España como una de sus más grandes pesadillas durante siglos. Su expansión se logró conjurar en la batalla de Lepanto, en la que los españoles tuvieron tanto protagonismo.

Desde hacía años, las naves turcas se habían lanzado al control del Mediterráneo occidental. Las costas italianas y españolas se encontraban cada vez más amenazadas y Malta estuvo a punto de ser tomada en 1565.

Ante el creciente peligro, España, Venecia y los Estados Pontificios firmaron una alianza: constituyeron una armada bajo el mando de don Juan de Austria, hijo natural de Carlos V, y España sufragó la mitad de los costes. 

Las dos flotas se encontraron en Lepanto el 7 de octubre de 1571, en la que está considerada la mayor batalla naval de la historia moderna. Participaron más de 400 galeras y casi 200.000 hombres, y terminó con la derrota de la armada otomana, que ya no volvió a amenazar seriamente el Mediterráneo occidental.

Hasta que ahora a Erdogan se le ha ocurrido mencionar Al Andalus, hablando de "liberación"

Por cierto, ¿qué pintaba la ministra de Exteriores, González Laya, en Turquía? Primero, reunión paritaria con Gibraltar, y ahora visitando al turco Erdogán

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