José Apezarena

Pablo Iglesias a la Cañada Real

Se me ha ocurrido proponer, en el programa “Las cosas claras”, en TVE, que el vicepresidente segundo, encargado de lo social en el Gobierno, Pablo Iglesias, se presente en la Cañada Real.

Por lo visto no ha gustado nada esa idea en ámbitos de la izquierda podemita, porque en redes sociales me han llamado “facha”. ¡Qué tendrá que ver una cosa con la otra, digo yo! Pero se trata de la reacción típica de algunos: insultar y descalificar a todo aquel que se atreve a comentar algo que les desagrada mínimamente. ¡Unos demócratas!

¿Por qué la propuesta? Porque la presencia de un vicepresidente del Gobierno, y líder de un partido con representación parlamentaria, puede dar visibilidad a un lacerante problema, a una situación inadmisible en esta España desarrollada y hasta rica.

¿Y qué está ocurriendo allí, en la Cañada Real Galiana, el mayor asentamiento ilegal de España, un territorio abandonado situado en el sureste madrileño? Pues que llevan muchas semanas sin luz.

En la más cruda ola de frío que ha padecido Madrid en cien años, los cuatro mil habitantes de esa aglomeración, de ellos 1.800 niños, se encuentran sin energía eléctrica desde hace meses. Sin luz, sin suministro para cocinar, para calentarse

Acaba de presentarse una denuncia contra la compañía eléctrica suministradora, y contra la Comunidad de Madrid, por la muerte de un hombre de 74 años a causa del frío. Llevaba dos meses sin electricidad. Días atrás, un bebé tuvo que ser ingresado por hipotermia.

Es verdad que la Cañada Real constituye un lugar altamente conflictivo. Un espacio de delincuencia, de narcosalas y tráfico de droga, donde la Policía ni siquiera se atreve a entrar.

Pero, a la vez, allí viven miles de desplazados inocentes, familias de gitanos, de emigrantes… que son los que sufren las consecuencias directas del corte de energía eléctrica.

Es cierto que en muchos casos las acometidas son ilegales. Y que gran parte de la energía se está utilizando por traficantes para alimentar plantaciones de marihuana. Por eso el consumo multiplica por siete el consumo medio.

 

Todo eso es verdad. Pero igualmente lo es el riesgo de congelación que sufren esos miles de familias, que han vivido noches con temperaturas de nueve grados bajo cero. Y este no es el momento para dejarles sin luz.

Déjese que pase el invierno, y después tómense las medidas necesarias, incluyendo, entre otras cosas, el desmantelamiento de los plantaciones de droga. Que actúe entonces la Policía. Pero ahora no.

El Defensor del Pueblo, el Comité de Derechos del Niño y la Niña, Naciones Unidas y otras organizaciones han solicitado al Gobierno que intervenga, incluidos famosos como Penélope Cruz. En vano hasta el momento. Nadie da la cara.

Pablo Iglesias ha pedido a Naturgy que devuelva el suministro. Y a Díaz Ayuso que solicite la intervención de la Unidad Militar de Emergencias. Apoyo esta última idea: la UME dispone de generadores eléctricos que podrían solventar las actuales urgencias.

Pero también le propongo a Pablo Iglesias que se presente él mismo en la Cañada Real. Sería un aldabonazo, que daría voz a los condenados al frío. Y a lo mejor, aunque ese no sea el objetivo, hasta proporcionaría unos votos el líder de Podemos y a su partido. Que, por lo visto, buena falta les hace.

editor@elconfidencialdigital.com

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