Que paguen, que paguen

El llamado colectivo de presos de ETA pretende marcar la agenda política con su comunicado diciendo que aceptan la legalidad y que reconocen el daño causado.

Hay que precisar, en primer lugar, que no es que 'acepten' la legalidad penitenciaria, sino que, simplemente, pretenden aprovecharse de ella. Es decir, quieren acogerse a los planes de beneficios penitenciarios existentes, algo que hasta ahora rechazaban.

Y en segundo lugar, conviene repetir que "reconocer" el daño causado es poco, muy poco, cuando le exigible sería que por lo menos lo "lamentaran".

A ese respecto, yo no iría mucho más. Pienso que demandarles que pidan perdón es casi un imposible, ya que en realidad no se arrepienten de nada.

Lo que sí requeriría a los presos etarras, como condición para cualquier cambio en su situación penitenciaria, es que paguen. Sus barbaridades han causado un daño infinito en lo moral, pero de ellas se siguen también responsabilidades pecuniarias, en la línea de indemnizaciones económicas fijadas por los tribunales.

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Que paguen. Que antes de aplicarles beneficio alguno, abonen las cantidades que hasta ahora no han pagado.

Y, si fuera posible, añadiría otro condicionante: que colaboren con la justicia. Que revelen, en los casos correspondientes, quiénes ordenaron los atentados y los protagonizaron, y quiénes colaboraron, para que todos ellos comparezcan en los tribunales.

Y también que faciliten la localización de los pisos francos que les queden y, sobre todo, dónde se ubican los zulos con armamento.

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