José Apezarena

Para que sirve el voto a Vox

Isabel Díaz Ayuso, Pablo Casado y Martínez Almeida tras las elecciones municipales
Isabel Díaz Ayuso, Pablo Casado y Martínez Almeida tras las elecciones municipales

Cuando se anunciaron los resultados de las elecciones generales, con la victoria (a la baja) de los socialistas, la subida (insuficiente) de los populares, el derrumbe (calamitoso) de Ciudadanos y el alza (notable) de Vox, inmediatamente empecé a calcular las distinta mayorías posibles.

Ahora, pasado el tiempo, parece claro que solamente existen dos opciones: un Gobierno de PSOE-Podemos con el apoyo casi todos los demás, es decir, independentistas y pequeñas formaciones regionales; o un Gobierno de Pedro Sánchez en solitario, es decir, sin Pablo Iglesias y merced a una abstención “patriótica” del PP y de Ciudadanos.

En estas quinielas, ¿qué hueco le queda a Vox, a pesar de haberse convertido en la tercera fuerza del país? En mi opinión, casi ninguno. En primer lugar, porque no va a contar para nada en las dos quinielas citadas.

De igual forma, en la nueva legislatura ¿cuál va a ser la capacidad real de la formación de Santiago Abascal? Salvo declaraciones y gestos simbólicos, parece que no demasiada, puesto que, con esos diputados, en principio no va a poder sacar adelante ninguna propuesta, ninguna ley, y tampoco tendrá opciones de bloquear lo que intenten los demás grupos.

Es cierto que, al haber superado la barrera de los 50 diputados, disfruta de la prerrogativa de plantear recursos de anticonstitucionalidad. Pero me parece que tampoco eso resultará definitivo. Primero, porque en el caso de leyes ya aprobadas, solamente es posible oponerse a las que lleven tres meses en vigor. Segundo, porque habrá que ver qué actitud mantiene el alto tribunal, a la hora de aceptar o no a trámite los recursos que pueda presentar. Considero que no van a estar muy a favor.

Por si fuera poco, Vox se encuentra al borde de que, por una conspiración de los otros partidos, pueda incluso quedarse fuera de la Mesa del Congreso, y por tanto atado de pies y manos a la hora de regular el trabajo de la Cámara y de tomar decisiones en aspectos como, por ejemplo, la creación de comisiones de investigación.

Así pues, en la práctica, ¿para qué va a servir el voto entregado a Vox? Un voto que ha castigado directamente al único partido que podría haber frenado la victoria del PSOE, única formación habilitada para impedir que Pedro Sánchez se convirtiera en presidente del Gobierno salido de unas elecciones.

Como digo, en la práctica, para muy poco.

Sin embargo, me parece que se esta convirtiendo en un elemento transformador para el partido con el que más ha disputado, para el PP.

 

La existencia y los planteamientos de Vox han provocado que los populares se vayan atreviendo a asumir posiciones e impulsar propuestas que en los tiempos de Rajoy parecían imposibles.

El PP se ha “liberado”, por así decirlo, para comportarse como una formación más comprometida y valiente en la defensa de objetivos que tienen que ver con asuntos como el compromiso patrio, la exhibición de los símbolos nacionales, la apuesta por la libertad en materias educativas, la proclamación de valores…

¿Síntomas de eso que apunto? Las decisiones en Andalucía, en la Comunidad de Madrid, pero sobre todo en el Ayuntamiento de la capital, donde, por ejemplo, se está viviendo una nueva Navidad, olvidando los ‘complejines’ del pasado. Entre otras cosas.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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