José Apezarena

Pedro Sánchez pasará a la historia

Pedro Sánchez en el acto del Ateneo, junto a Luis García Montero y Luis Arrojo

Resido actualmente en la madrileña zona de Capitán Haya, una calle conocida como tal durante muchos años pero que hoy se denomina Poeta Joan Maragall, consecuencia del empeño que han puesto dirigentes de la izquierda por eliminar nombres de personajes que han tenido algo que ver con la historia reciente de este país, es decir, con la guerra civil y el franquismo. Aunque sea remotamente.

Es casi una obsesión, que en su día llevó a la tontería de cambiar la calle Comandante Zorita, un aviador pionero, primer español que superó la velocidad del sonido, por Aviador Zorita. Una bobada, como digo. Entre otras muchas.

Más de una vez he considerado por qué, o para qué, el esfuerzo que algunos ponen por conseguir que una avenida, calle o plaza, lleve un determinado nombre. No sé, por ejemplo, qué le aporta al comunero Juan Bravo que le recuerde una avenida de Madrid. Y lo mismo al político Juan Bravo Murillo, miembro del Partido Moderado y que ocupó diferentes cargos durante el reinado de Isabel II.

Respecto a tiempos más recientes, a lo mejor eso es lo que se llama “pasar a la historia”.

Por lo visto, hay personajes que aspiran a pasar a la historia. Es decir, a que en el futuro se les recuerde por alguna hazaña, gestión, ejecutoria... Aunque, repito, no entiendo qué añade el disponer o no póstumamente de una calle que lleve tu nombre. ¿Con eso se pasa a la historia?

Esta reflexión, aparentemente peregrina, viene a cuento de que nuestro presidente del Gobierno, don Pedro Sánchez Pérez-Castejón, que ese es su nombre completo, acaba de dar por supuesto que pasará a la historia.

Ha afirmado en público: “Una de las cosas por las que pasaré a la historia es por haber exhumado al dictador del Valle de los Caídos”. ¡Toma castaña! No se priva el señor presidente.

Y atención, porque dice “una de las cosas”. O sea, que piensa que hay otras más para merecer tal condición.

Lo ha afirmado durante un homenaje, organizado por el PSOE en el Ateneo de Madrid, a la escritora Almudena Grandes, fallecida hace un año, a la que por cierto, y hablando de cambio de nombres, le acaban de dedicar la Estación de Atocha, aparcando así un hombre que este sí que es histórico. Por supuesto, sin preguntar a los madrileños.

 

Pedro Almodóvar, por cierto, afirmó en ese acto que la escritora hizo más por la memoria histórica que cualquier Gobierno progresista. No sé si habrá gustado a Pedro Sánchez que le hayan puesto a alguien por delante.

A la historia se puede pasar por méritos, por grandes obras, pero también por deméritos, por fracasos, por los daños causados. Aunque sea irme muy lejos, ahí está Nerón y el incendio de Roma. Es un ejemplo.

¿Pasará a la historia Pedro Sánchez?

El presidente del Gobierno se ha convertido en el primer gobernante que forma un  Ejecutivo de coalición con la izquierda marxista de Podemos, único en Europa. Un mérito.

Sánchez es el primer jefe de Gobierno que firma acuerdos y da contrapartidas a los herederos del terrorismo etarra. Otro mérito.

Y el primer político que acepta tratar de igual a igual al Gobierno de la nación y a la representación de una autonomía, Cataluña. Un mérito más.

Por no hablar de la ley del “solo sí es sí”, que está sacando a la calle a delincuentes sexuales peligrosos; la llamada “ley trans”, que, entre otros récords, ha merecido el rechazo del feminismo histórico porque con ella desaparece la mujer; y ahora la de maltrato animal, que castiga más el daño a una mascota que el que se causa a un ser humano. ¡Un campeón legislando!

Sí. A lo mejor sí pasa a la historia Pedro Sánchez Pérez-Castejón. Algunos méritos está haciendo Aunque tampoco estoy muy seguro.

editor@elconfidencialdigital.com

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