Y Pedro Sánchez quedó muy bien en Nueva York

Pedro Sánchez anunció el lunes, en Nueva York, en la Cumbre del Clima, que España aportará 150 millones de euros en los próximos cuatro años para el Fondo Verde Climático. Y, personalmente, quedó muy bien.

La finalidad de esa donación del Gobierno español es contribuir a tomar medidas en contra del cambio climático, y para ayudar a los países en vías de desarrollo, los más perjudicados por este desafío.

“Estamos ante una emergencia climática sin precedentes -dijo Sánchez-. España está comprometido contra esta emergencia y nos obliga a buscar una transición económica justa, que nadie se quede atrás. En cada cambio de paradigma hay víctimas y perdedores y se trata de que esto no suceda y se trabaje con los más débiles”, añadió.

Por mi parte, no tengo la menor duda de que el cambio climático constituye uno de los grandes desafíos que debe afrontar ahora la humanidad. Y de que, por tanto, ha de ser tarea de todos luchar para frenarlo y minimizar sus consecuencias.

Pero tengo dudas de que el presidente del Gobierno en funciones pueda disponer con tanta facilidad de esa cantidad, que me parece bastante respetable, para donarla a su voluntad. ¿A quién ha consultado?

No es la primera vez que inquilinos de la Moncloa se muestran generosos con el dinero de los españoles, y protagonizan gestos para la galería que les hacen quedar bien y les otorgan algunos pluses de imagen personal.

En esa línea de gestos sufragados con el dinero de todos, muchos recordarán cómo Rodríguez Zapatero decidió financiar la cúpula con la que Miquel Barceló decoró la sede de la ONU en Ginebra (Suiza).

El Gobierno español aportó 11,5 millones de euros, cantidad que supuso un sobrecoste de 6,5 millones de euros, un desvío del 130 por ciento, ya que en principio iba a destinar a este fin sólo cinco millones. Por cierto, muy poco después hubo que clausurar la sala porque el techo no era seguro.

La generosidad de los políticos con el dinero de todos me parece inadecuada. Otra cosa es que saliera de su bolsillo.

Alguien puede argumentar que los 150 millones prometidos por Sánchez para el cambio climático es cantidad poco significativa, si se mira al conjunto de los presupuestos del país.

Pero, por hacer alguna comparación, esa cifra,  150 millones fue el incremento que incluyeron los presupuestos del Estado para mejorar la dotación de las becas. Y se destinaron 100 millones (50 más que el año anterior) a financiar la cobertura de libros de texto y material didáctico.

No sé si los 150 millones son mucho o poco dinero. Para valorarlo, se podría preguntar, por ejemplo, a las familias con personas aquejadas de fibrosis quística, que, procedentes de toda España, han protagonizado movilizaciones en Madrid.

Pedían que el Sistema Nacional de Salud cubriera unos medicamentos que frenan el deterioro que produce la enfermedad en determinadas mutaciones y que ahora no sufraga. Y llevan cuatro años esperando.

¿Poco dinero? ¿Mucho dinero? En cualquier caso, dinero de los españoles.

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