José Apezarena

Los pitos a Sánchez le dan votos

Desfile 12 octubre de 2018
Desfile 12 octubre de 2018

Se ha convertido en una especie de tradición que, durante los actos de la Fiesta Nacional, y en concreto el desfile en el Paseo de la Castellana, se escuche una buena pitada a Pedro Sánchez.

Sucedió ya el año pasado, cuando, además, le lanzaron gritos de "Okupa", aludiendo a que había llegado al Palacio de la Moncloa por el atajo de una moción de censura, y otros de "elecciones ya", sin que faltaran recuerdos (no precisamente cariñosos) a su madre.

El rechazo ha vuelto a escenificarse este año el 12 de octubre.

No es la primera vez, por supuesto. Ya ocurrió repetidamente con Rodríguez Zapatero, quien por así decirlo estrenó la novedad de las pitadas siendo fue jefe del Gobierno.

El domingo, cuando Pedro Sánchez llegó a la plaza Lima, al bajar del coche oficial fue recibido con silbidos y con gritos de "fuera, fuera", sin que faltaran adjetivos e improperios.

Se repitieron mientras saludó a los reyes, y también cuando, finalizada la parada militar, abandonó la zona. Incluso con más intensidad entonces.

¿Se sintió ofendido Pedro Sánchez? ¿Le dolieron tales muestras de desafecto?

Desconozco si en lo íntimo y personal le afectaron. Pero, a la vez, estoy convencido de que, desde el punto de vista político, hasta se frotó las manos. Y mucho más en estos concretos tiempos, es decir, en vísperas electorales.

Si el año pasado Televisión Española trató de silenciar la bronca y los silbidos, y así le echaron en cara muchos medios, esta vez no ha ocurrido.

 

En mi opinión, el presidente en funciones tiene que sentirse encantado con tan sonoras muestras de repulsa. ¿Por qué? Por la previsible adscripción ideológica de muchos de los que acudieron al Paseo de la Castellana, y desde luego de los que le insultaron y silbaron.

¿Se imaginan que, en lugar de la bronca, le hubieran recibido con vivas y ovaciones? Tengo la seguridad de que, en tal supuesto, un porcentaje del voto de la izquierda le abandonaría inmediatamente.

Por el contrario, el baño de improperios recibido en ese escenario singular, a lo mejor hasta fortifica su imagen "progresista" y le ayuda de cara a las elecciones del 10 de noviembre.

En fin, que creo que esos pitidos le dan votos a Pedro Sánchez.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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