José Apezarena

Podemos, infumable

Pablo Echenique, secretario de Organización de Podemos.
Pablo Echenique, secretario de Organización de Podemos.

La batalla de la investidura ha desnudado, políticamente hablando, a algunos líderes y dirigentes, y también a sus partidos.

Se han ido publicando estos días los secretos de los últimos jornadas de negociación, y ninguno de los protagonistas puede presumir demasiado, tantos han sido los trucos, las mentiras, las poses, las filtraciones, los incumplimientos de compromisos y de la palabra dada, las faltas de respeto a las personas, el engaño a la opinión pública....

Ahora hemos entrado en la llamada batalla del relato: ver quién de los protagonistas se salva de la quema porque logra imponer su historia, su versión, acerca de lo sucedido esos días, demostrando que la responsabilidad es "de los otros".

Evidentemente, todos tienen la culpa del enorme fracaso que ha supuesto la fallida investidura de Pedro Sánchez. Pero no en igual medida.

Lugar especial ocupan, en el reparto de responsabilidades, Podemos y su líder, Pablo Iglesias.

Resulta sonrojante conocer las actuaciones de los podemitas, y singularmente de su negociador principal, Pablo Echenique, desveladas por ECD hace un par de días.

Cuando se iniciaron formalmente las negociaciones, el día 20, sábado, Echenique, para empezar, dio plantón a Carmen Calvo, llegando hora y media tarde a la cita, en un hotel de San Sebastián de los Reyes. Son trucos infantiles, de gente inmadura y poco seria.

Los socios de IU preguntaron por ese retraso, y desde el equipo de Echenique les contestaron que había sido premeditado, con el fin de exigir una vicepresidencia para Irene Montero. La frase que acompañó a esa revelación fue: “Que se joda Carmen Calvo”. Ilustrativo.

En dicho encuentro, Calvo confirmó a Echenique que Montero no sería vetada como vicepresidenta.

 

Hubo más conversaciones hasta el martes, pero sin verdadero interés de Podemos por llegar a un acuerdo según fuentes internas. Esa tarde del martes se retomaron “de verdad” las negociaciones, con una cita para el día siguiente entre Calvo y Echenique.

El PSOE anunció entonces su última oferta a Podemos, y quedó a la espera de una respuesta, que no llegaba. Pasaban las horas sin ninguna reacción. Los socialistas realizaron una serie de llamadas a Pablo Iglesias, a gente de su equipo, sin recibir contestación alguna.

Mientras, engañaban al socio Garzón. El propio Pablo Iglesias le dijo que los socialistas habían dado por rotas las negociaciones, cosa que no era cierta.

Posteriormente, Garzón se enteró, por María Jesús Montero de que en Podemos “llevaban cuatro horas sin coger el teléfono al PSOE”. La ministra intentaba, de esta forma, desbloquear la situación.

Garzón logró que Montero se comprometiera a convencer a Carmen Calvo para que entregaran a Podemos el ministerio de Igualdad. La vicepresidenta confirmó esta concesión, pero en Podemos siguieron sin responder a las llamadas y a los mensajes, ahora les enviaron vía WhatsApp en vez de Telegram.

Llegó el miércoles, y Podemos dio por zanjadas las conversaciones al emitir un comunicado acusando al PSOE de no cederles ni Igualdad ni Trabajo. En fin.

Visto lo visto, se explica bastante el cabreo  cósmico del PSOE y de su líder Pedro Sánchez.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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