Políticos que caen en la trampa

Otra vez un político ha caído en la trampa. Ahora, la ministra de Justicia, Dolores Delgado, a propósito de sus relaciones con el ex comisario Villarejo, del famoso almuerzo y de las cintas que se grabaron entonces.

Delgado reaccionó tratando de negarlo todo, es decir, desmintiendo cualquier relación con el ex policía, para después reconocer las cosas poco a poco, a medida que iban desvelándose detalles que le desmentían a ella.

A propósito del contenido de las grabaciones, afirmó que con el término "maricón" no se refería su compañero Grande Marlaska, para a continuación rectificar y reconocer que sí, pero añadiendo que lo utilizó sin ninguna intención peyorativa.

Los políticos (y en general cualquier personaje público) deberían haber aprendido ya, porque se ha practicado en numerosas ocasiones, que, cuando un medio de comunicación lanza revelaciones delicadas sobre alguien, mucho más si rozan el ámbito judicial, suele disponer de más material del que descubre en primera instancia. No lo difunde todo. Se guarda contenidos para otro día.

Es un viejo truco, como digo, practicado en numerosas ocasiones. Primero, para intentar "vender" una segunda vez el asunto, aprovechando el éxito conseguido por la primera entrega. Pero, más aún, a la espera de que el afectado cometa el error de desmentir lo publicado, y a continuación mostrar nuevas pruebas y testimonios que le desacrediten definitivamente.

Que se lo cuenten, por ejemplo, a José Manuel Soria, que apareció en los llamados "Papeles de Panamá", lo negó todo, se demostró que no decía verdad, y tuvo que dimitir como ministro de Industria.

Dolores Delgado no ha aprendido la lección, y a lo mejor le cuesta el cargo. Como tampoco la puso en práctica Cristina Cifuentes, por citar otro caso conocido.

Si la ministra de Justicia hubiera salido el primer día asumiendo los hechos, diciendo que, en efecto, conocía al ex comisario Villarejo, y clarificando la naturaleza y alcance de esa relación, pidiendo en su caso disculpas, seguramente la cosa no habría pasado a mayores. Pero cayó en la trampa de negarlo y de desmentir. Y lo está pagando caro.

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