José Apezarena

El PP ya tiene ideología... ¿eso le vendrá bien?

Pablo Casado, en una rueda de prensa.
Pablo Casado, en una rueda de prensa.

Se acabó la época de los tecnócratas, el tiempo que ha encabezado Mariano Rajoy, y conmigo, Pablo Casado, ha llegado de nuevo el momento de la política, de las ideas y de los principios.

Ese podría ser el resumen, no tan directo ni tan esquemático, pero cierto y real, que podría haber hecho el nuevo presidente del PP sobre el discurso que pronunció en la convención del PP este fin de semana. Un cónclave, por cierto, que ha resultado mucho más decisivo de lo que en principio se creía.

La convención se ha convertido en algo así como el remache definitivo del liderazgo de Pablo Casado, protagonista de una intervención muy política, de fondo, clara, contundente, con ideas y propuestas, con desafíos, pronunciado además con fuerza y convicción. Apuntando con ello que, en opinión de no pocos observadores presentes, va a ser uno de los oradores más destacados del nuevo periodo político.

Tras la reunión del fin de semana, los dirigentes populares presentes, de los niveles nacional, autonómico, provincial, local... han salido enardecidos. Decididos a dar la batalla en todos los terrenos. Se respira un aire nuevo en las filas del PP. Eso es, al menos, lo que dicen internamente.

El Partido Popular apuesta ahora por la ideología, por los principios, por los fundamentos políticos, ciudadanos y éticos, por un modelo de sociedad, y no solamente por la gestión y la eficacia, que fue la obsesión del pasado. Esa táctica arregló el país en gran medida, pero desarmó al partido.

El objetivo de Casado y su equipo es conquistar a quienes todavía se mantienen fieles, y, sobre todo, reconquistar a los que abandonaron la casa común, decepcionados con una formación política que, o no tenía ideas, o desde luego no las defendía.

Lo apuntado por Casado durante la convención del domingo se concretará en un programa electoral articulado y completo, que empezará a desvelarse en vísperas de la cita electoral de mayo. Pero los postulados, los cimientos, han sido ya colocados por el presidente.

El nuevo PP quiere tener, y tiene, ideología. De la que no está dispuesto a avergonzarse. Y se dispone a mantenerla con todas las consecuencias. La pregunta es si eso le beneficiará o no políticamente, electoralmente.

Puede parecer que no detallar demasiado los principios facilita que sean más quienes se animen a sumarse a un proyecto. Y seguramente es verdad. Y que, si un partido concreta mucho sus planteamientos, existe el riesgo de que se descuelguen los menos comprometidos, los menos convencidos, los periféricos.

 

El problema es que la táctica de las indefiniciones y el relativismo marcada por Mariano Rajoy (no faltan quienes siguen acordándose del "arriolismo") es la que ha conducido a la actual realidad: la división de la derecha. A una dinámica de pérdida casi masiva de votantes por parte del PP. Esa deriva estaba siendo destructora. Y el nuevo equipo, con Casado al frente, se ha propuesto revertirla

Suele comentar Pablo Casado que hoy existen tres PP: el Partido Popular, Ciudadanos y Vox. Y dice que su objetivo es volver a reunirlos en uno solo. Al menos electoralmente.

La empresa no resultará nada fácil. El primer paso debería ser recuperar los sectores perdidos. Y en esa clarificación ideológica, promovida por la nueva dirección, podría estar la fórmula. Desde luego, para intentar recuperar lo que Vox les está robando.

Van a probar, visto que, con la línea "marianista", de la indefinición y el no tengo ideas, peor no les podía ir. Es lo que piensan ahora en Génova.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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