José Apezarena

¿Qué precio está dispuesto a pagar Pedro Sánchez?

No faltan analistas que critican a Pedro Sánchez por haberse quedado quieto, paralizado en su despacho de Ferraz, durante los días del pleno del Congreso que ha debatido la moción de censura a Mariano Rajoy presentada por Podemos.

Puesto que él no tenía opciones de participar en un debate de esa magnitud y nivel, consideran que debió haber protagonizado por su cuenta alguna iniciativa de presencia mediática, que compensara la luz de gas que estaba sufriendo, del tipo de una rueda de prensa multitudinaria, un anuncio de calado, un posicionamiento a propósito del desarrollo de la sesión parlamentaria...

Cierto es que el actual líder socialista lleva tiempo medio escondido, prácticamente desde que ganó las primarias, sin querer exponerse al escrutinio de los medios ni, por tanto, de la opinión pública. Son muchos los que echan de menos una comparecencia en serio, para responder de todo lo que le pregunten.

Pero, si su opción era mantenerse bajo tierra, sin embargo la coyuntura de un acontecimiento como la moción de censura tendría que haberle disuadido y forzado a salir de ese enterramiento voluntario. No lo ha hecho.

Ahora le espera, este fin de semana, el congreso federal. Lo tiene atado y bien atado. Lo va a ganar. Por sus méritos, sin duda, pero también por la renuncia de sus anteriores rivales, Susana Díaz y Patxi López, que han optado por la rendición, en aras de la necesidad de unidad en el PSOE. Todo sea por la unidad.

Un congreso federal en el que, por cierto, Sánchez eliminará unas cláusulas que él mismo aplicó anteriormente para tenerlo controlado, que fue exigir un alto número de avales a los candidatos, con lo que se protegían él, entonces secretario general, y su aparato.

Ahora, esos topes altos le perjudica de cara a los próximos congresos locales, y quitará tal exigencia. Porque ganar esos congresos es otro de los desafíos que le esperan.

Sin embargo, la cuestión de más calado que tiene que estudiar el líder del PSOE, sobre la que ha de tomar una decisión, es hasta dónde llegará en respuesta a la mano tendida por Podemos. Tal como se visualizó en el debate de la moción de censura, Pablo Iglesias ha hablado de unir fuerzas, de socialistas y Podemos, para echar a Mariano Rajoy y al PP del Gobierno "más pronto que tarde". Y el coyuntural portavoz socialista, José Luis Ábalos, no puso mala cara en ese momento.

El problema es que, para formar esa mayoría de expulsión del PP, necesita inevitablemente a los socios actuales de Podemos, que son Esquerra y EH Bildu. Dos partidos independentistas. Y que seguramente plantearán, como una de las condiciones previas a cualquier pacto, el apoyo al referéndum de ruptura en Cataluña.

 

¿Qué va a responder Pedro Sánchez? Dicho de otra manera: ¿Qué está dispuesto a pagar, a arriesgar, para lograr el sueño, tantas veces intentado, de llegar a la Moncloa? ¿Se alineará de nuevo con los independentistas como ya hizo?

Y una cuestión final, bastante decisiva. Algo así, ¿se lo permitirán esta vez en su partido? ¿O volveremos a asistir a una decapitación del líder, como la que se desarrolló en el mítico comité federal del 1 de octubre? ¿Qué hará este PSOE?

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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