Diez preguntas y respuestas sobre Felipe VI

Mañana, 19 de junio, se cumple un año de la proclamación de Felipe de Borbón como rey de España, sucediendo así a su padre, don Juan Carlos, que había abdicado por sorpresa dos semanas antes.

Con motivo del aniversario, algunos periodistas y medios, varios de ellos de fuera de España, han tenido a bien solicitar mi punto de vista sobre cómo han transcurrido los doce meses, en demanda también de un cierto balance de este primer año.

Por lo que se refiere a los medios internacionales, me parece significativo, porque refleja qué se esperaba del nuevo rey, resumir cuáles son las principales preguntas que formulan sobre el año de Felipe VI. Estas:

1.-Según los últimos sondeos publicados, Felipe VI ha logrado recuperar el apoyo de los españoles a la monarquía. ¿Cuáles han sido sus armas para conseguirlo?

2.- ¿Cree que ha logrado marcar una distancia con el reinado de su padre?

3.- Con estos resultados de las encuestas, ¿puede Felipe presumir de que existe ya una legión de “felipistas” que le apoyan?

4.- La encuesta se realizó antes de que se conociera la retirada del título de duquesa de Palma a su hermana Cristina. ¿Cómo influye esta decisión en la apreciación de la gente hacia Felipe? ¿Puede ser visto como un “golpe de autoridad”?

5.-Si a su padre se le identifica principalmente con la llegada de la democracia, ¿con qué debería identificarse a Felipe?

6.-¿Cómo ha cumplido su rol integrador con Cataluña?

7.- Muchos de sus gestos lo acercan al español común, como por ejemplo, el que la princesa Leonor haya hecho la primera comunión junto a sus compañeras de colegio. ¿Son gestos que promueven el rey y la reina o es una estrategia comunicacional?

8.-De todas las medidas adoptadas, como bajarse el sueldo, prohibir que se reciban regalos o el nuevo código de conducta para el personal de la Casa Real, ¿cuál es el más significativa?

9.- Sobre el papel de doña Letizia, ¿ha habido una transformación, un cambio de actitud?  ¿La ve mejor como reina que como princesa?

10.- Si don Juan Carlos hubiera visto la normalidad con que se ha producido todo el proceso ¿habría abdicado antes?

De manera resumida, mis respuestas a esas preguntas son que la mejora del apoyo a la monarquía se debe al conjunto de medidas aprobadas desde Zarzuela, aunque también al talante y cercanía del nuevo rey. Por supuesto que se ha distanciado de lo que representaba su padre, pero no puede decirse que haya aflorado una legión de felipistas. En la valoración que recibe, la eliminación del ducado de Palma tampoco va a ser un punto y aparte, porque únicamente confirma la línea ya iniciada de alejamiento absoluto respecto a su hermana y cuñado.

Felipe VI deberá ser identificado como el rey "de la normalidad". El esfuerzo integrador con Cataluña lo ha mostrado personándose siempre que puede en aquella tierra, con un objetivo: acercarse, hablar a los catalanes, y no tanto a sus partidos. Gestos como la primera comunión de la princesa Leonor se sitúan dentro de una línea de conducta que se inició con el acto de proclamación: pocas formalidades, poca espectacularidad, aunque desde luego que detrás aparece una política de comunicación. De las medidas aprobadas, la más relevante es publicar las cuentas de la Casa: en España las cuestiones económicas suscitan especial atención.

Efectivamente, se ha dado un cambio en la reina Letizia. Ahora se le ve más tranquila, más asentada, incluso más sonriente. En cuanto a la abdicación, considero que don Juan Carlos nunca habría abandonado el trono si no se hubiera encontrado tan limitado físicamente. Pero es verdad -concluyo por mi cuenta- que, a la vista de lo ocurrido en este año, la abdicación fue un gran acierto.

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