José Apezarena

¿Un presidente musulmán en España?

La última novela del polémico autor francés Michel Houellebecq, que con tanto aparato acaba de ser presentada en Barcelona, plantea el escenario de que en Francia, en el año 2012, un musulmán llegue a la presidencia del país.

Según un informe reciente, en 2030 la población musulmana en todo el mundo alcanzará los 2.200 millones, con un incremento del 35% respecto a los 1.600 millones que eran en 2010. Crece al 1,5%, el doble que la no musulmana, debido, entre otras cosas, a la alta tasa de natalidad.

Por lo que se refiere al país vecino, ese informe concluye que en 2030 más del 10% de la población de Francia será musulmana, mientras que en Estados Unidos alcanzarán los 6,2 millones y casi una cuarta parte de los habitantes de Israel profesarán el islam.

La novela de Houellebecq se sitúa en la Francia de 2022, en unas presidenciales en las que el líder de una formación islámica moderada consigue la mayoría con el apoyo de los socialistas, frente al candidato de la derecha, que tiene el respaldo del Frente Nacional. Un cambio -se relata- que alterará profundamente la vida cotidiana de los franceses.

¿Es imaginable en España un presidente musulmán? Todo indica que resulta altamente improbable. Aunque solo sea porque el porcentaje de personas que aquí siguen el islam es del 3%, muy lejos de lo que ocurre entre nuestros vecinos. De los 1,8 millones de musulmanes residentes en España, la mitad son marroquíes, un tercio son españoles y el resto pertenecen a otras nacionalidades.

Más de la mitad de los hispanomusulmanes son descendientes de personas de religión musulmana que ya residían en España, y el 28% son inmigrantes nacionalizados españoles.

Por comunidades autónomas Cataluña acoge al mayor número de musulmanes, casi medio millón (para una población de 7 millones de habitantes), seguida de lejos por Andalucía, Madrid y la Comunidad Valenciana. El caso de Cataluña resulta singular, porque concentra el 40% de los yihadistas de España y, de las 98 mezquitas peligrosas identificadas por la Policía, 52 se encuentran en tierra catalana.

Aparte de Ceuta y Melilla, los municipios con mayor número de ciudadanos musulmanes son Barcelona y Madrid, seguidos de Badalona, Cartagena, El Ejido, Málaga, Murcia, Terrassa, Valencia y Zaragoza.

Si la hipótesis de un musulmán como presidente del Gobierno en España no parece muy realizable, cosa distinta ocurre con las alcaldías de no pocas poblaciones. No tardaremos demasiado en ver cómo compiten por ellas candidatos vinculados al islam, que incluso pueden ganar. En Cataluña ya se está poniendo en marcha un partido islamista.

 

En fin, que la llegada de un presidente del Gobierno musulmán resulta altamente improbable, pero no la elección de unos cuantos alcaldes. Ya lo veremos.

editor@elconfidencialdigital.com

Twitter: @JoseApezarena

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