Por qué he echado de menos a la princesa Leonor
Leonor de Borbón y Ortiz, princesa de España, heredera del trono, no asistió el 12 de octubre a los actos de la fiesta nacional. Y no me ha parecido bien.
La fiesta nacional no es cualquier cosa. Se trata de la conmemoración oficial más importante del año, por lo mismo que lo celebra todo: el país, sus instituciones, sus gentes, su pasado y hasta su futuro.
Es más relevante que el Día de la Constitución, el Día de las Fuerzas Armadas, el Día de las Letras… hasta el punto de que podría decirse que engloba todas las fiestas, conmemoraciones y aniversarios juntos. Por ello, si en alguna jornada debe estar presente la heredera es en esa. Más aún si ya se le ha visto en las anteriores.
La Zarzuela sigue fiel a su dinámica de hermetismo. Continúa con la línea de dar pocas explicaciones y de resistirse a facilitar abiertamente información, como si pensaran que no deben dar cuenta de nada. Actúa con cuentagotas.
Mantuvo casi hasta el final la incógnita de si Leonor estaría o no presente en la celebración del 12 de octubre, y la explicación que finalmente se escuchó es que, si viajaba a Madrid, perdería días de clase en el colegio de Gales donde se encuentra.
Después se ha difundido el argumento de que, si salía del Reino Unido, a la vuelta tendría someterse a unos días de cuarentena. Aunque supongo que la cuarentena la podría cumplir en el propio colegio.
Sigo pensando que la princesa Leonor tendría que haber estado con sus padres en la Plaza de Cuzco el pasado lunes. Mucho más cuando se ha puesto ya en marcha un proceso de incorporación progresiva y de protagonismo suyo en la vida institucional.
Por lo que trasciende desde la Casa del Rey, la heredera sí asistirá a la entrega de los Premios Princesa de Asturias, acto que se desarrollará en Oviedo el 22 de octubre, viernes.
Incluso llegará un día antes, el 21, para estar presente, junto con su hermana Sofía, en el concierto que se ofrecerá la víspera de la ceremonia central. Por lo visto, Leonor aprovechará para viajar a España unas fechas no lectivas.
No obstante su notable proyección mediática, y el hecho indudable de que se trata de una idea exitosa, incluso a nivel internacional, técnicamente los Premios Princesa de Asturias son una iniciativa privada. De una fundación, no del Estado. Aunque, evidentemente cuenta con el total respaldo de La Zarzuela y de los reyes, que en ocasiones presiden la reunión de sus patronatos, como ha ocurrido este año.
Pero, puestos a elegir, y a pesar de los obstáculos, La Zarzuela tendría que haber optado por el 12 de octubre, y no por el día 22.
No pasaría nada si la princesa no asistiera este año al acto de Oviedo. Su padre, siendo príncipe, no estuvo presente en la entrega de premios en 1984, porque, igual que ocurre ahora con su hija mayor, se encontraba estudiando en el extranjero. Se había matriculado en el colegio Lakefield, en Canadá. Ese año, la presidió su padre, don Juan Carlos.
Con la salvedad de que el viaje en avión de entonces era más largo, eso mismo podría haberse hecho este año: que en Oviedo presidiera don Felipe en lugar de su hija… porque Leonor había asistido antes a los actos de la fiesta nacional.
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