José Apezarena

El “no es no” de la reina Letizia

El viaje que este fin de semana iba a realizar Felipe VI a Arabia Saudí ha quedado suspendido, por la muerte del príncipe Turki bin Abdulaziz Al Saud, hermano del rey Salman.

A ese desplazamiento no iba a asistir la reina doña Letizia debido, según se ha comentado en fuentes próximas a La Zarzuela, a los problemas que en aquel país sufren las mujeres por la aplicación estricta de la ley musulmana.

Es un descarte que me ha extrañado. Primero, porque en febrero ya estuvo diseñado un viaje parecido, en el que sí estaba prevista la presencia de la reina, programa que sin embargo quedó anulado debido a la situación de inestabilidad política en España como consecuencia de las dificultades para formar Gobierno. No era aconsejable una ausencia del rey.

Y me ha sorprendido también por que a Arabia Saudí han acudido de visita sin especial contrariedad, en el pasado y en el presente, numerosas personalidades femeninas, entre ellas, por supuesto, la reina doña Sofía, pero también otras mujeres, presidentas y altos cargos, esposas de visitantes destacados, etc.

Esa ausencia de doña Letizia se suma a una serie de renuncios que están produciéndose últimamente en lo que refiere a la presencia pública de la reina, que no estuvo en la jura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno, y tampoco en las últimas tomas de posesión de los ministros.

Sabido es que la reina es persona de carácter. Y que en no pocas ocasiones ha expresado un rotundo no a alguna previsión, costumbre, comportamiento o presencia, yendo para ello en contra de hábitos anteriores en Zarzuela, e incluso de consejos expresos. Su opinión o voluntad ha prevalecido muchas veces. Así que puede decirse, recordando a Pedro Sánchez, que doña Letizia también practica el famoso “no es no”.

Bien está que la reina tenga criterio y carácter. Mejor eso que su contrario. Pero, al mismo tiempo, resultaría conveniente y adecuado que cediera en preferencias y gustos cuando detrás apareciera un interés superior, como puede ser el bien de la institución, o razones de conveniencia general y de servicio, que han de pasar por encima de inclinaciones particulares.

Espero, en fin, que las citadas ausencias, en actos públicos de toma de posesión en Zarzuela y al viaje oficial a Arabia Saudí, se hayan acordado y aun aprobado con criterios razonables y razonados, y por motivos de interés general, no por gustos particulares. En cualquier caso, no por ese famoso “no es no”.

Dado que en la actual prudentísima Zarzuela se practica poco la costumbre de dar explicaciones, y que la famosa transparencia sigue siendo asignatura pendiente, en este caso, como en otros, también hay que moverse en el difícil y peligroso terreno de la suposición. Y me parece una lástima, porque pienso que la claridad siempre es mejor que la opacidad.

 

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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