José Apezarena

¿Se repetirá con Vox el mecanismo Trump?

Donald Trump.
Donald Trump.

No obstante la perplejidad que existe entre los profesionales demoscópicos, por las incertidumbres del pronóstico de cara a las próximas elecciones generales, algunos rasgos parece que empiezan a aclararse.

Uno de ellos, el apoyo a Vox. Dicen los profesionales del sector que esa intención de voto empieza a aparecer en las encuestas.

Se trata de una orientación que se mantenía oculta, que los entrevistados se negaban a reconocer, pero que ahora ya se atisba. Al menos en los sondeos recientes.

Cada vez más analistas pronostican un abultado apoyo a Vox en las elecciones del 28 de abril, atendiendo a síntomas externos: afluencia de asistentes a sus movilizaciones, impacto de los mensajes de sus principales líderes, presencia en los ámbitos digitales y en redes sociales... Pero, sobre todo, por la existencia de una atmósfera de interés, de expectación y hasta de curiosidad, sobre el nuevo partido. Parece que llame la atención todo lo que ocurre a su alrededor.

Y, sobre todo, recuerdan lo que sucedió en Estados Unidos, durante las presidenciales que dieron la victoria al inclasificable Donald Trump.

El resultado de los comicios estadounidenses sumió en depresión profunda a los más cualificados (y aparentemente influyentes) medios informativos del país, a los analistas más considerados, y a los llamados "influencers". Esos que se creían que su voz era muy importante.

Ellos apostaron, en su mayoría, por Hillary Clinton. Pronosticaron su victoria, e incluso hicieron campaña a favor. Y se encontraron derrotados y, por tanto, descalificados. Los electores no les habían escuchado.

¿Qué había ocurrido? Pues que, tal como se demostró posteriormente, muchos, muchísimos norteamericanos, tomaron la decisión sobre  el voto, no por los antes citados artífices, sino a partir del comentario de su vecino, de sus paisanos: por lo que se hablaba en los bares, lo que se decía en los supermercados, lo que escuchaba en la cola de la gasolinera y en la peluquería...

Ahí, en esos ámbitos, conocidos, cercanos, caseros, se forjó la decisión de quienes acabaron llevando a la Casa Blanca al aparentemente descolocado Donald Trump.

 

Volviendo a España, al horizonte de las generales del día 28, los expertos empiezan a pensar que ese mecanismo social se va a reproducir en España. Es decir, la forja del voto, no por los telediarios y las portadas de periódicos, no por los mítines y los discursos de los candidatos, no por las polémica públicas, tampoco por el programa electoral o por los integrantes de las listas (incluyendo fichajes aparentemente decisivos), ni por los debates televisados. Se va construir a partir de lo que se maneja o escucha en los entornos próximos: en el ámbito familiar, entre los amigos, entre los compañeros de trabajo...

Y, si tal cosa ocurre, muy probablemente habrá una eclosión del voto a Vox.

Es lo que se calcula ahora mismo. Otra cosa es lo que realmente ocurrirá. Porque, como ya se ha contado, las encuestas insisten en que hay demasiado voto oculto, muchas personas que no saben si acudirán a votar, y muchos que no tienen claro qué papeleta escoger.

Los sociólogos repiten que esta vez la campaña va a resultar decisiva. Y que el voto se decantará muy a última hora. Incluso el mismo día que acudan al colegio electoral. Así que...

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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