José Apezarena

“Todo ha salido muy bien”

Había ayer satisfacción entre las personas más cercanas a Felipe VI por cómo se han desarrollado los actos de proclamación del nuevo rey. Es que se trataba de un momento trascendental y de un gran desafío.

El reto se centraba en estrenar una nueva etapa en la monarquía, primero sin fallos, y segundo con un buen nivel de aceptación en cuanto a los propios actos, al comportamiento de los reyes y sus hijas, pero sobre todo a cómo era escuchado y asumido el discurso del nuevo rey, el primero y programático y, por tanto, el más trascendental.

Pude hablar unos momentos con algunos de los que integran el equipo del hasta ahora príncipe de Asturias, y lo que percibí fue un enorme alivio, pero sobre todo satisfacción y alegría contenida.

La imposición del fajín de capitán general por don Juan Carlos, y más aún el acto en el Congreso, estuvieron bien diseñados y ejecutados, dentro del planteamiento de contención en los gestos pero a la vez dignidad y simbolismo.

Con todo, el interés principal se centraba en el discurso del nuevo rey. El mensaje central, que repitió dos veces fue este: una monarquía renovada para un tiempo nuevo. El momento más emotivo, en el que hasta se le quebró la voz, estuvo en las referencias a doña Sofía, y en esa parte final que recitó de memoria, sin papeles, y que concluyó con los saludos en las lenguas regionales.

¿Cómo había resultado? La mejor comprobación fue el aplauso que recorrió el hemiciclo y las tribunas, el más largo producido en el Congreso de los Diputados después del que subrayó el final del golpe del 23-F con aquel pleno de la vuelta a la normalidad parlamentaria.

La recepción posterior en el Palacio Real visualizó también el éxito de ese primer día como rey, por la inusual (de récord) afluencia de asistentes, pero sobre todo por el ambiente que allí se respiraba: la sensación de que algo empezaba a cambiar y un contenido tono de euforia y esperanza.

Hay un nuevo estilo, sin duda, reflejado no solo en los cambios en el guión del rey y en la supresión de algunos símbolos del pasado. Se apreció en la compostura y comportamiento de la reina Letizia y sus hijas, en los besos que se vieron… Y es sólo el principio, porque se anuncian otros muchos. Es una nueva etapa y se va a notar.

Volviendo a esa primera día, el resumen de las personas del entorno de Felipe VI era: “Todo ha salido muy bien”.

 

editor@elconfidencialdigital.com

Twitter: @JoseApezarena

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