Sánchez da miedo
Pedro Sánchez no nos tiene respeto. Respeto a los españoles, a los ciudadanos de este país.
Seis días han pasado ya desde que Marruecos nos ‘informara’ de que nuestro Gobierno ha dado un giro en la política respecto al Norte de África y ha decidido apoyar la tesis de Rabat de que el Sahara es territorio marroquí.
Seis han transcurrido ya, sin que el primer mandatario de nuestro país, el señor Pedro Sánchez, se haya dignado dirigirse a la población, perpleja como se encuentra, para dar razones de esa cambio copernicano.
No ha querido dar la cara. ¿Cobardía? ¿Menosprecio? ¿Anda demasiado sobrado?
Sobre la decisión no sabemos nada. Ni el qué, ni el cómo, ni el cuándo, por qué ahora. Pero sobre todo no nos ha explicado lo más importante: por qué.
La conclusión es que Sánchez no nos respeta. En realidad no respeta a nadie. A los datos me remito.
En cuestión tan decisiva, ha dejado fuera a su propio Gobierno; a los socios, es decir a Podemos; a su partido, el PSOE; al principal partido de la oposición, el PP; a la totalidad del resto de formaciones políticas...
Más aún. Está manteniendo al margen a la sede de la soberanía nacional, al Congreso de los Diputados. Dice que comparecerá la semana que viene. Cosa nueva: todos los partidos, todos, le han reclamado que se persone ante la Cámara y dé razones.
Sorprendente resulta que una persona en solitario se atribuya la capacidad de alterar sustancialmente nuestra política exterior, mantenida durante casi cincuenta años, sin contar con nadie. En contra de su propio programa, además.
No ha habido debate, no ha habido consultas.
Miedo da que algo así haya ocurrido. Sánchez da miedo.
Y ahora querrá ‘vendernos’ que será para bien. A ver cómo lo intenta. Hoy, por cierto, visita Ceuta y Melilla.
De cara al futuro, nada nos está garantizado. Ya lo escribí el lunes. Si Sánchez cree lo firmado ahora asegura algo, está muy equivocado. No sabe con quién se está enfrentando. Ya nos la jugó Hassan II con la Marcha Verde, y también nos la jugará su hijo, Mohamed VI, el que nos ‘mandó’ miles de jóvenes marroquíes por El Tarajal.
Ojala, por supuesto, que nada de eso ocurra nunca. Pero el ex JEMAD Fernando Alejandre, en su último libro, se pronuncia con claridad: Marruecos representa una amenaza "directa" sobre España que acabará materializándose, primero mediante elementos híbridos a modo de "intifada" para ir transformándose poco a poco en un conflicto armado de carácter más convencional.
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