Solo para mujeres

A propósito del 8-M, recordé que hace algún tiempo leí que en Londres se ha creado, al estilo de los famosos clubs ingleses, el primer club solo para mujeres. Se llama The AllBright y nació con el objetivo -dijeron- de “acabar con el machismo imperante de la ciudad”

Los clubs de caballeros son un clásico en el Reino Unido, en muchos de ellos se han firmado negocios decisivos para la economía británica, han sido acusados de sexismo, pero se han mantenido tercamente en la negativa a admitir mujeres.

En el país de las sufragistas existían asociaciones femeninas de diverso tipo, pero ningún club al estilo de los masculinos. Por eso se creó The AllBright sólo para mujeres. El nombre recuerda a Madeleine Albright, primera secretaria de Estado de EE.UU., y su frase “hay un lugar especial en el infierno para las mujeres que no se ayudan entre sí”.

Las creadoras, Debbie Wosskow y Anna Jones, dejaron sus trabajos para dedicarse a esta iniciativa. Wosskow vendió su compañía de intercambio de casas de vacaciones, Jones abandonó su jefatura en Hearst Magazines.

The AllBright no está exclusivamente pensado para hacer negocios, sino que también se imparten desde talleres de marketing a programas para buscar inversores. Además de salas de reuniones, comedores, sala de exposiciones, cafetería y coctelería, existe un espacio para fitness y belleza. Y todo, desde el vino hasta las toallas y el jabón, es suministrado por empresas dirigidas por mujeres.

Se ubica en el barrio de Bloomsbury, donde varias intelectuales inglesas urdieron sus estrategias sufragistas, y donde vivió Virginia Woolf.

Ingresar cuesta 340 euros y la cuota anual es de 850. A los dos meses de vida, el club tenía ya más de medio millar de mujeres empresarias de todos los ámbitos, y existía lista de espera.

Gran Bretaña ha tenido seis reinas y dos primeras ministras, pero no llegan a diez las empresas cotizadas en bolsa que están dirigidas por mujeres.

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