José Apezarena

Cómo soltarle unas frescas al rey Felipe VI

Ana Oramas (Coalición Canaria) saluda a Felipe VI.
Ana Oramas (Coalición Canaria) saluda a Felipe VI.

Ahora que han terminado las consultas del rey con los representantes parlamentarios para nominar un candidato a la investidura como presidente del Gobierno, Pilar Rahola tiene el dudoso honor de figurar en primera posición en el escalafón de personajes descorteses que han aprovechado ese trámite para dar la nota.

Rahola acudió en su día al Palacio de La Zarzuela como representante de Esquerra, para entrevistarse con don Juan Carlos, y declaró públicamente que había ido a ver al "ciudadano Borbón". Ni su majestad, ni el rey, ni siquiera "don Juan Carlos": el ciudadano.

Por cierto que la expresión se la ha copiado después, y la ha utilizado de forma casi aburrida, Alberto Garzón.

Bueno, pues las consultas del monarca parece que, al menos con algunos, se van convirtiendo en una oportunidad para tratar de cantarle las cuarenta, en algún aspecto, al jefe del Estado. Y para proclamarlo a continuación, como jactándose de la hazaña.

Se valen de que el rey no les va a contestar en ese mismo plano, sino que, en todo caso, tratará de poner buena cara y de sonreír educadamente.

Ahora, el valenciano Joan Baldoví, de Compromís, aprovechó su encuentro con Felipe VI para reclamarle "más transparencia" de la Casa Real: que se puedan auditar todas sus cuentas y saber qué cuesta realmente mantener la monarquía. El rey le respondió señalando que acatará la decisión del Tribunal Constitucional respecto al recurso presentado por Compromís en ese sentido. ¡Qué le iba a decir!

En su línea impertinente, Alberto Garzón por su parte afeó al monarca su discurso del 3-O, sobre el referéndum de independencia en Cataluña, afirmando que "fue un grave error para España". ¡Vaya!

Jaume Asens, de En Comú Podem (el sector catalán de Unidas Podemos), trasladó al monarca su "disconformidad” por ese discurso. “Pensamos que en esa fecha perdió la neutralidad que le exige la Constitución", dijo después Asens, asegurando que esas palabras fueron las que pusieron "en marcha la maquinaria represiva que ha llevado a las conclusiones de la Fiscalía donde se asocia una movilización ciudadana como fue el 1-O con un golpe de Estado". ¡Vaya, vaya!

Pero el récord lo ha batido la enviada de Junts per Catalunya, Laura Borrás, quien, por cierto (basta repasar las imágenes de televisión) se detuvo un momento para que las cámaras le captaran bien junto al rey. Quería salir bien en la foto, por lo visto.

 

La diputada independentista se personó en La Zarzuela luciendo varios complementos amarillos, primera impertinencia. Le entregó una carta "personal" de Jordi Sánchez, junto con una copia de la opinión del grupo de expertos de detenciones arbitrarias, segunda. Y se presentó como "la voz de los presos políticos", o sea de los políticos catalanes juzgados por rebelión, tercera impertinencia. ¿Qué ha sido del mítico seny que se decía que tenían en aquella tierra?

De acuerdo con su relato, hecho a posteriori, Borrás aprovechó la visita a La Zarzuela para espetarle al jefe del Estado toda una serie de reproches: "Los catalanes no tenemos rey pero he ido a verle por el papel que tuvo tras el 1-O. Él fue actor de parte con su discurso del día 3".

Por lo visto, le preguntó si pensaba ser "árbitro y moderador", o "alguien que hace discursos como el del 3-O", añadiendo que "no se puede castigar una realidad ignorándola".

Según la portavoz de JxCat, el rey no tiene conocimiento preciso "de lo que sienten los catalanes y de lo que les ha llevado a dar este giro por la independencia". "El 155, la prisión, el exilio", es lo que ella ha querido representar y transmitir al monarca, a quien ha advertido que el independentismo "no se rendirá".

En fin, que la señora Laura Borrás se tomó la libertad de soltar unas frescas a Felipe VI.

La respuesta del rey, según ella misma reconoció, fue que "la democracia se expresa con respeto a la ley y en el marco constitucional". Evidente.

Por supuesto, va en el sueldo del monarca aguantar comportamientos de ese tipo. Pero tampoco estaría de más que los invitados a visitar La Zarzuela se atuvieran al objeto de las consultas, es decir, exponer cuál será su voto en la investidura. Que para eso les citan. Y no aprovecharlas para otros menesteres fuera de lugar.

Y, en todo caso, que mostraran la mínima educación exigible. No es mucho pedir.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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