José Apezarena

¿Tiene el Gobierno derecho a vacaciones?

La ministra Portavoz y ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez. 13/7/2021
La ministra Portavoz y ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez. 13/7/2021

Pedro Sánchez está de bolos en Estados Unidos. Así cabría calificar una tournée que excluye el paso por Washington porque no ha conseguido cita con Biden, y de la que se han bajado los grandes empresarios españoles.

No habrá tampoco reuniones con cargos de la Administración Biden. Dicen desde el Gobierno que han programado la visita para atraer inversiones, aunque le acompañan cinco startups.

Algunos medios, por cierto, han criticado que el presidente se ausente de España, para un viaje tan descafeinado, cuando la quinta ola de Covid-19 se halla en máximos, y los líderes autonómicos, como es el caso de su socio Urkullu, han reclamado al Gobierno que tome las riendas con decisiones de ámbito nacional, como la imposición de la mascarilla y el toque de queda. Pero el presidente está fuera.

Coincido en que tal vez no era el mejor momento para irse de viaje, sobre todo uno vacío, cuando los datos de la pandemia resultan tan inquietantes: la ola sigue creciendo.

Esa difícil situación, por cierto, no parece inquietar a algunos ministros, sobre todo del ámbito de Podemos, entretenidos y empeñados en que se hable de bobadas. Sí, bobadas.

Al menos así me lo parece, por ejemplo, la iniciativa de la ministra Belarra de que, en los casos de violencia de género se incluya como agravante el “maltrato a la mascota”. Por no volver sobre la polémica de la “matria”, con todas esas bromas añadidas de que ahora, en lugar de la mili se hará la “pili”, etc.

En principio, las ocurrencias no tienen demasiada importancia. Salvo que quien las lance forme parte de un Gobierno. Entonces sí resultan relevantes. Para bien y para mal.

Ahí tenemos a la vicepresidenta Yolanda Díaz, mediando en la polémica sobre el consumo de carne, al proclamar en televisión que ella y su hija son veganas. Unas confesiones nada inocentes, por supuesto.

La polémica sobre la carne no es un asunto menor. El mismísimo presidente tuvo que salir al paso de las declaraciones del ministro Garzón, con una frase para la historia: “A mí, donde me pongan un chuletón al punto, eso es imbatible”.

 

Pero se ha contado menos que Pedro Sánchez hizo esa declaración por miedo. Miedo a los agricultores y ganaderos. Es consciente de que se trata de un colectivo altamente movilizado, con capacidad de paralizar el país, como ya han hecho en varias ocasiones. Y el presidente no quiere una situación semejante.

Recuerda bien la ola de protestas violentas del año pasado por los bajos precios del campo, lo mismo que la ‘guerra de la leche’, que desencadenó bloqueos de plantas logísticas y ataques a supermercados.

Digo por miedo, porque la realidad es que el presidente se muestra bastante de acuerdo con su ministro de Consumo. Aunque no se atreva a decirlo públicamente. Pedro Sánchez considera que comer carne aumenta el riesgo de pandemias. Como suena.

La ausencia del presidente coincide con la iniciativa de una pequeña asociación de 15 ganaderos de la Sierra Norte de Madrid, que lleva directamente a sus consumidores la carne que ellos producen, y que han enviado a La Moncloa, al domicilio presidencial, dos buenos chuletones de vacas criadas en libertad en la sierra madrileña.

Son ganaderos de Rascafría, Prádena del Rincón, Alameda del Valle, Garganta de los Montes, Madarcos, La Cabrera y Guadalix de la Sierra.

La acción está apoyada por una campaña en redes sociales bajo el hashtag #delGanaderoalaMoncloa, y con la contratación de unos soportes de publicidad exterior en los distritos de Moncloa y Ciudad Universitaria para que los vea Pedro Sánchez en los traslados a su residencia.

A propósito de la escapada de Pedro Sánchez, volvemos a plantear la cuestión de si el presidente puede dejar el país en una situación como la actual.

Y eso mismo cabe suscitar ahora respecto a la totalidad de los miembros del Ejecutivo, que tienen por delante unas vacaciones de verano.

En efecto, el Gobierno celebrará Consejo de Ministros el 3 de agosto, y ya no se volverá a reunir hasta el día 24. O sea, un paréntesis de 21 días. ¿Pueden tomarse vacaciones los ministros?

Siempre he sostenido que los dirigentes políticos ‘deben’ hacerlo. Por ellos mismos, pero sobre todo por los demás. Es exigible que se encuentran en las mejores condiciones, físicas y mentales, y ello requiere desconectar de vez en cuando y reponerse. Porque esas personas toman decisiones de trascendencia para el resto de los ciudadanos, que por tanto nos jugamos mucho en que hagan las cosas bien.

Pero, inmersos, como estamos, en la quinta ola, ¿es oportuno tomar vacaciones?

La pregunta resulta especialmente indicada para los que acaban de tomar posesión del cargo. ¿Los recién llegados, los nuevos ministros, han adquirido derecho a vacaciones? Desde mi punto de vista, pienso que no. Pero yo no soy el presidente del Gobierno.

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