La tontería de prohibir publicar encuestas
La legislación electoral española incluye algunas tonterías, que sin embargo nadie se anima a corregir. Cuando digo nadie, me refiero a gobiernos y partidos políticos, que son los que podrían promover reformas y modificaciones.
Una de ellas es la llamada "jornada de reflexión", que prohíbe realizar actos electorales el día anterior a la cita con las urnas. Por lo visto, el objetivo es que los ciudadanos puedan pensar con tranquilidad qué van a votar. Como si la gente esperara a última hora para decidir qué papeleta escoger, cuando lo normal es que el voto se decante mucho antes. Y, por tanto, difícilmente cambia por que exista un día sin campaña.
La otra es la prohibición de publicar encuestas electorales cinco días antes de los comicios. ¿Por qué motivo se aplica esa limitación? Teóricamente para evitar que su difusión pueda a última hora cambiar la intención de voto. Insisto, como si la voluntad electoral se configurara en el minuto final, cuando la realidad es que la decisión se forja bastante antes.
La Ley Orgánica de Régimen Electoral, en su artículo 69.7, explica que "el objetivo es permitir la reflexión no condicionada del votante". Pero, ¿si el votante quiere dejarse condicionar? Además, ¿qué problema hay si alguien decide alterar el voto a última hora, por la "jornada de reflexión" o por encuestas? Estará haciendo uso de su libertad, ¿no?
Tengo la impresión de que algunos, teóricos de gabinete, piensan que los ciudadanos son poco menos que débiles mentales, fácilmente influenciables y manipulables, y por tanto se dedican a protegerles.
Por si fuera poco, lo de los cinco días sin publicar encuestas es algo del siglo pasado, porque está viéndose burlado con toda tranquilidad, y hasta con cierto escarnio, gracias a la existencia de Internet. Por ejemplo, 'El Periòdic d'Andorra' viene publicando en su web una encuesta diaria, con evolución del voto y adjudicación de escaños, accesible desde cualquier terminal de España.
Empezó el sábado, y hoy, miércoles, ofrecerá la cuarta y última entrega. Se trata de un 'tracking' diario encargado al Gabinet d'Estudis Socials i Opinió Pública (GESOP).
Por no hablar de alguna web que "disimula" las encuestas adjudicando a cada uno de los partidos el nombre de un producto vegetal, y publica diariamente la subida o bajada en el precio, es decir, cuál es la evolución electoral de cada uno.
Al mismo tiempo de la prohibición de publicar, partidos y empresas, encargan estos 'trackings' para su propio conocimiento durante la última semana de campaña, encuestas que ahora, a través de Internet, son también accesibles a todos los electores. Eso que ganamos.
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