José Apezarena

Con ustedes, “las cinco... ¿magníficas?”

La ministra de Igualdad, Irene Montero; la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz y la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra.
La ministra de Igualdad, Irene Montero; la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz y la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra.

Algunos periodistas veteranos aún recuerdan a los que en su día se autodenominaron “los siete magníficos”. Eran un grupo de destacadas personalidades del franquismo, varios de ellos ex ministros, que se unieron para formar una candidatura y presentarse a las primeras elecciones democráticas tras la muerte del dictador. Fue el origen de Alianza Popular.

Los siete eran promotores de distintas formaciones políticas, que se unificaron en una sola. Incluso puede que recuerden sus nombres: Manuel Fraga Iribarne, Cruz Martínez Esteruelas, Federico Silva Muñoz, Laureano López Rodó, Enrique Thomas de Carranza, Gonzalo Fernández de la Mora y Licinio de la Fuente.

Pensaban que, dados sus antecedentes y personalidad, hasta podrían ganar aquellas elecciones. Sin embargo, el resultado en las urnas no fue precisamente brillante.

Por lo visto, no eran tan “magníficos”, o la gente no lo apreció así. El grupo se disolvió, y la mayoría de sus integrantes quedaron en el olvido político, salvo Fraga, que siguió adelante.

El acto celebrado este sábado en Valencia protagonizado por cinco mujeres, Yolanda Díaz, Ada Colau, Mónica Oltra, Mónica García y Fátima Hamed, me ha recordado en alguna medida aquella presentación de los “siete magníficos”.

En este caso, las “magníficas” tendrían que haber sido también siete, pero las promotoras decidieron dejar fuera a las dos candidatas restantes, Irene Montero y Ione Belarra, aparcadas sin darles una explicación. Se ve que, por lo que sea, no las quieren a su lado. Y no hay que olvidar que la diseñadora del evento es la mismísima Yolanda Díaz. Significativo.

Por cierto que la exclusión de las dos podemitas no ha gustado nada a su mentor, Pablo Iglesias.

La mayoría de los analistas han interpretado lo ocurrido en Valencia como el inicio de una alternativa política de izquierdas, organizada por la supuesta líder, la vicepresidenta Yolanda Díaz. En beneficio de ella misma, en la medida en que, de las cinco participantes, es la única con proyección nacional. Las otras cuatro están centradas, dedicadas, a asuntos regionales y autonómicos, en Barcelona, Madrid, Valencia y Ceuta.

Las “magníficas” llamaron en Valencia a hacer una revolución feminista, de momento, sin nombre ni más etiquetas.

 

El proyecto, sin embargo, ha echado a andar con discrepancias. La principal promotora, y en principio primera beneficiada de la operación, Yolanda Díaz, proclamó que “empieza algo nuevo”, mientras que la madrileña Mónica García, número dos de Errejón, ha matizado que no ha empezado nada, que no era el comienzo de nada, y que no se trata de ninguna operación política. Veremos.

Las “magníficas” han recibido en columnas de opinión otros apelativos evocadores, como “Las cuatro jinetas del Apocalipsis”, y hasta “Las Cinco Latinas”.

Ese analista comenta que Yolanda Díaz, Ada Colau y Mónica Oltra “suman más trienios en política que Jordi Hurtado en TVE, pero se presentan en público, a lomos de caballos de la celebrada cuadra del Apocalipsis, como si acabaran de llegar y pudieran arreglar el mundo con sus buenos sentimientos”.

Ada Colau -continúa- lleva siete años gobernando Barcelona, el tiempo necesario para convertirla en Bagdad. Yolanda Díaz ocupó su primer cargo público en 2003. Mónica Oltra se estrenó en las Cortes Valencianas en 2007. Mónica García, la más reciente en apariencia, es diputada desde 2015. Y Fátima Hamed tiene ya dos trienios a su espalda en la Asamblea de Ceuta.

De esta última, añade que es conocida por declarar a Abascal non grato en Ceuta y “por defender que taparse la cara, para que solo la vea un hombre, es feminista a tope”.

Por mi parte, y saliendo del precedente de los siete franquistas, me parece una pregunta clave saber a quién, o quiénes, se dirigen las “cinco magníficas”.

Se supone que a la mujer, y se supone que a mujeres de izquierda (no parece que en la derecha vayan a cosechar muchos votos). ¿Se cierran puertas con ello, o las abren? De entrada, más bien parece lo primero.

Volviendo al articulista que estamos citando, en esa línea plantea: “¿En qué quedamos? O somos iguales o no lo somos, pero si no lo somos, no lo somos nunca. Más allá de que convertir a la mujer en un bloque identitario homogéneo es lo menos liberador que quepa imaginar, como si todas fueran ovejas contentas de cambiar de pastor a pastora; sorprende la facilidad con que las Cinco Latinas se indultan a sí mismas de sus propias carreras y venden la idea de que, cuando manden, el mundo cambiará”.

Es la idea que, por lo visto, intentan vender. Una idea elemental y hasta infantil. La duda está en ver si encontrarán compradores. Que a lo mejor hasta sí. Cosas más raras se han visto en el país.

editor@elconfidencialdigital.com

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