José Apezarena

¿Sánchez se va a vacunar?

En principio, esta semana comenzará en el Reino Unido la vacunación contra el Covid-19. Dado que más del 20% de la población afirman que no están dispuestos a recibirla, el primer ministro, el polémico Boris Johnson, se ha mostrado a favor de hacerlo en público y que se retransmita por las televisiones.

También los expresidentes de Estados Unidos Bush, Clinton y Obama se han ofrecido a vacunarse públicamente, para así promover la confianza de los ciudadanos en el remedio contra el virus.

Cabe recordar que en el mundo hay en desarrollo más de 200 vacunas contra el Covid-19, y que once de ellas se encuentran en fase tres. Por lo que se refiere a España, tenemos al menos tres vacunas en marcha, aunque todavía lejos de una aprobación definitiva.

Pedro Sánchez afirmó que en junio estaría inmunizada una “parte sustancial” de la población española, pero ahora acaba de concretar que, en mayo, entre 15 y 20 millones de ciudadanos habrán recibido las dosis, lo que supone un tercio del número total de habitantes del país.

Pero hay un problema, no pequeño: los españoles no se fían de la vacuna. Ni siquiera tras las noticias sobre su elevada efectividad.

Según el CIS, más de la mitad, el 55,2 por ciento, prefiere no vacunarse y esperar a conocer antes sus efectos, frente al 32,5 por ciento que se la administraría inmediatamente, cuatro puntos menos que en los primeros días de noviembre. El 8,4 % de los encuestados no se vacunará en ningún caso.

Por lo visto, los negacionistas, si se me permite llamarles así, con una palabra que está de moda, prefieren esperar a que se vacunen los más animosos para comprobar qué les pasa a todos ellos.

Y, por cierto, algo ocurre, porque el número de escépticos va aumentando. El barómetro de octubre fijaba en el 47% la cifra de los españoles que no desean recibir una dosis inmediatamente después de que se lance la vacuna, y el anterior la situaba en el 43,8%.

En más de un ocasión he escuchado últimamente a algún escéptico este comentario: “Cuando se vacunen Pedro Sánchez, Salvador Illa y todos los ministros, me plantearé hacerlo también yo”.

 

Así que parecería conveniente, e incluso necesario, un gesto público del presidente del Gobierno vacunándose en directo y ante las cámaras.

Los ejemplos de Boris Johnson y de los expresidentes norteamericanos seguramente le allanarán el camino.

Conociendo a Pedro Sánchez, pero más aún al proactivo equipo de marketing de La Moncloa, con Iván Redondo a la cabeza, no descarto que protagonice un gesto espectacular como ese. A lo mejor, hasta les he dado la idea.

Lo que no sé es si el presidente logrará quitarse de en medio a Pablo Iglesias, tal es el afán de chupar cámara que muestra el vicepresidente segundo, acuciado por la necesidad de recuperar crédito. No es vano es el miembro del Gobierno peor valorado, solo por delante de Luis Planas.

Me parece que le será difícil a Sánchez que el día de la vacunación urbi et orbi no se le pegue al lado su socio.

editor@elconfidencialdigital.com

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