José Apezarena

Por una vez, estoy de acuerdo con Pedro Sánchez

Foto del desencuentro de Pedro Sánchez con Pablo Iglesias
Foto del desencuentro de Pedro Sánchez con Pablo Iglesias

Pedro Sánchez lo tiene más que claro: Podemos no formará parte de su Gobierno de ninguna manera. Tan claro, que en Moncloa y en Ferraz afirman que, si la investidura dependiera de que nombre ministros de la formación morada, entonces no habrá investidura. Iremos a la repetición de elecciones

Esa posición tan rotunda se basa en dos razones de fondo. Primera, la cohesión del Gabinete, que solamente se puede garantizar si sus integrantes tienen, por así decirlo, una única obediencia política, es decir, si dependen de un solo partido. Y, segunda, que la coalición con Podemos no blinda una mayoría absoluta para las leyes que habrá que aprobar en esta legislatura, ni da certezas de estabilidad para cuatro años.

Pero el candidato maneja además otros argumentos de peso. Sánchez desconfía de la reacción de Podemos, y por tanto de un ministro o ministros de esa formación, en tres escenarios que se producirán antes de final de año. Sabe que, con cualquiera de ellos, el Gobierno de coalición puede saltar por los aires.

En dicho supuestos existen diferencias insalvables de criterio que harían peligrar la estabilidad del Gobierno, y “Pablo podría actuar por su cuenta, o decidir romper, y hacer caer al Ejecutivo de manera fulminante”, se escucha en La Moncloa.

El primer gran choque se produciría con la sentencia del juicio del procés. El Gobierno da por supuesto una condena, como mínimo, por malversación y por conspiración para la sedición, sin descartar el delito de rebelión, un fallo que, según ven las cosas en La Moncloa, “en Podemos no acatarían”.

Además, dan por descontado que Iglesias pedirá el indulto desde el minuto uno, y lanzará mensajes de apoyo a los que él denomina “presos políticos”. Y no se descarta que quiera volver a entrevistarse con Junqueras en la cárcel. Actuaciones y gestos incompatibles con formar parte del Gabinete.

El segundo foco de división se refiere a los compromisos adquiridos por el Gobierno con la OTAN durante estos meses, de aplicación en el último trimestre del año. Se mantendrá la participación en la misión de la OTAN en Irak. España envió un contingente de 500 militares y su presencia se verá renovada el próximo otoño. Podemos ya presentó en el Congreso objeción a ese plan. Además, acabamos de sumarnos a un nuevo proyecto de la Alianza dirigido a comprar y compartir munición marítima con otros siete países, plan que  no cuenta con las simpatías de Podemos.

Se suma la exigencia de una mayor inversión en Defensa, para cumplir la hoja de ruta marcada por la OTAN y llegar a un gasto del 2% del PIB en 2024, algo a lo que Iglesias se opondría.

El tercer gran choque surgirá con el plan de ajustes que el Ejecutivo habrá de acometer en los Presupuestos de 2020. Bruselas exigirá recortes de gasto. El FMI situó la desviación en 12.000 millones, y se deberán tomar medidas que tampoco gustarán a Podemos.

 

Pablo Iglesias anunció que, con su entrada en el Consejo de Ministros, se aprobaría una renta mínima universal, algo, sin embargo, a día de hoy inasumible.

Así que, por una vez estoy de acuerdo con Pedro Sánchez. Tiene razones poderosas para que ni Pablo Iglesias ni ningún otro miembro de Podemos forme parte del nuevo Gobierno.

Bueno, si al final hay investidura y nuevo Gobierno. Sánchez piensa que sí, que Pablo Iglesias cederá en el último minuto. Y yo pienso lo mismo.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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