Ahora ya todos hablamos catalán en la intimidad
Lo dijo otrora José María Aznar, en 1996, cuando necesitó a Convergencia para poder gobernar en España y firmó con Jordi Pujol el famoso "Pacto del Majestic". ¡Qué tiempos!
Fue en esas circunstancias delicadas cuando al presidente del Gobierno y del PP se le escapó la famosa frase: "Yo hablo catalán en la intimidad". Debe de ser verdad, pero lo cierto es que no tengo constancia de haberle escuchado en público utilizar esa lengua.
Bueno, pues yo también hablo catalán en la intimidad. Y como yo la inmensa mayoría de los españoles, que siguen, asombrados y confusos, el extraño, cuando no esperpéntico, devenir de la política en Cataluña.
Desde que se desatara abiertamente el proceso soberanista, los ciudadanos estamos viviendo día a día lo que ocurre en aquella tierra, al mismo tiempo que vamos adquiriendo términos y vocablos en catalán, algunos de los cuales manejamos ya con fluidez.
Además de los viejos "Parlem catalá" y "Nosaltres sols", y por supuesto del "Seny", a los conocidos "Conseller", "Mossos d'Esquadra", "Senyera" y hasta "Molt honorable", hemos añadido últimamente unos cuantos más: "Democràcia i Llibertat", "Junts pel si", "Si que es pot", "En comú podem"... Es lo que tiene seguir la actualidad: que se aprenden idiomas.
Nos ocurrió algo parecido con el euskera, a causa sobre todo del terrorismo etarra. Aprendimos entonces muchos términos. A los "Ikastola", "Ertzaintza", "Aberri Eguna" y "Alderdi Eguna", "Ikurriña o "Aurresku", añadimos también "Txakurras", "Kale Borroka", "Ekintza", "Mugalari", etc.
Vistas las cosas, a este paso, como digo, todos hablaremos catalán en la intimidad. Ya no va a hacer falta que en los telediarios nos traduzcan al español, como por cierto hacen todavía en el Senado de España.
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